La relevancia internacional de China no ha dejado de crecer en los últimos años y hoy parece evidente que la Nación del Centro, que es como puede traducirse su nombre, tiene visos de incrementar su centralidad e influencia en el panorama internacional. Durante las últimas décadas la República Popular China ha concentrado sus esfuerzos en mantener un crecimiento económico que le permitiera consolidar una clase media y un mejor nivel de vida para sus ciudadanos. A punto de cumplirse el centenario de la fundación del Partido Comunista Chino, el país se encuentra en el centro de la política internacional a todos los niveles, con un papel activo y creciente en las instituciones supranacionales y fuertes intereses en todos los continentes. El objetivo de la política exterior española respecto a China ha sido, desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, en 1973, el de mantener unas relaciones fluidas y de comprensión mutua que faciliten los intercambios culturales y económicos. Una muestra de la importancia para España de nuestra relación con China es que, en 2020 (con datos hasta octubre) China era el segundo país, tan sólo detrás de Alemania y antes que Francia, en el ranking de los países de donde proceden las importaciones españolas y el octavo en términos de nuestras exportaciones.