Opinión
Las luchas internas en el Partido Republicano y la preocupación por la aparente interferencia rusa han limitado la capacidad del presidente Trump de impulsar su agenda pro-crecimiento, que incluye la desregulación, el estímulo fiscal y las reformas tributarias. Además, su rotación de personal y consejeros en la Casa Blanca crea una mayor incertidumbre para los mercados y sitúa a los inversores ante un panorama imprevisible, término que se ha convertido en sinónimo de Trump. Después de otra dimisión, la salida del exjefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, deja al descubierto las heridas dentro de la administración Trump, culminando en más distracciones indeseadas para los mercados asiáticos.