Presidente de BP España

El Sustainable Aviation Fuel (combustible sostenible para la aviación), más conocido por su acrónimo SAF, podría conformar una industria que genere más de un cuarto de millón de empleos, directos, indirectos e inducidos, además de tener un impacto de casi 51.000 millones de euros en el PIB del país hasta 2050. Un volumen que se reparte entre los 13.000 millones de inversión para la construcción de las plantas y 42.851 millones que generarán su operación. Todo ello generará una industria completamente nueva, que los países deben crear desde cero, y que ofrece una oportunidad irrepetible y única para España y la mejora de su competitividad en un sector muy importante para nuestra economía como la aviación, de alto valor añadido, y que aumenta cada día más con el peso creciente del turismo.

Hace escasas semanas, BP presentó su Statistical Review of Energy 2021, el informe de referencia con los principales datos de los mercados energéticos a nivel mundial, y los resultados han dejado muy claro cuál ha sido el efecto de la pandemia en un año, 2020, en el que las emisiones de carbono derivadas del uso de energía cayeron en un -6,3%. Pero si menciono estas cifras no es por querer abordar una situación coyuntural, sino porque desde una visión de futuro, la tasa de disminución de las emisiones de carbono observada en 2020 es similar a lo que el mundo necesita promediar cada año durante los próximos 30 para mantenerse en la senda de los objetivos climáticos de París, y así conseguir que las emisiones globales de carbono se reduzcan en un 85% para 2050.

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