Pasan los días y cada vez está más claro que el Gobierno de Francia, encabezado por el primer ministro, Michel Barnier, va a utilizar la vía directa que le permite la Constitución para aprobar leyes sin necesidad de votación, tal y como pasó con la reforma de las pensiones. Pero esta vía tiene un precio: el Gobierno se tendrá que enfrentar a una posible moción de censura que la izquierda ha dicho que llevará adelante y que la ultraderecha de Marine Le Pen reiteró que apoyaría si se traspasan ciertas líneas rojas que trasladó al primer ministro.

Periodista de futuro incierto y espíritu aventurero al que le gusta la economía, la tv y la moda masculina. Me tuve que ir de mi ciudad, París, para trabajar en mi tierra, Galicia. Trabajé para todos los gallegos y gallegas en la Corporación de Radio Televisión de Galicia y luego contando historias para la gente de Ourense. Pasé al audiovisual y acabé informando del tiempo en la radio y la TV a través de la AEMET. Ahora, escribo en elEconomista.es sobre economía internacional.