Antonio Bonet Madurga
La reacción del mercado de divisas el pasado martes, rompiendo todas las previsiones de caída de la libra para volverse inmediatamente al alza tan pronto como se conoció la derrota parlamentaria del acuerdo del Brexit, no deja de ser sorprendente. Los mercados, y en definitiva muchas empresas, han querido ver en este tropiezo una fugaz esperanza para demorar un tiempo más el proceso de desconexión, e incluso -los más optimistas- para revertirlo. Sin embargo, con los datos en la mano, todo indica que será difícil la marcha atrás y, en cualquiera de sus versiones, el Brexit será malo para todos, más aún si se resuelve de forma caótica. Lo será para el Reino Unido, para la Unión Europea y para la economía mundial.