Head Investment Manager en Deutsche Bank España

Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, los mercados financieros han reaccionado con volatilidad ante cada giro en el conflicto. Ahora, con informes sugiriendo que un plan de alto el fuego podría estar en marcha, la pregunta clave es: ¿qué impacto real tendría en la economía global y los mercados?

Microsoft. Apple. Nvidia. Amazon. Tesla. Alphabet. Reyes y reinas del mercado de valores que acaparan desde hace meses -años en algunos casos-, no solo los titulares sino también cualquier clasificación en positivo que queramos hacer del mercado de valores: crecimiento, beneficios, valoraciones, tamaño, todo es para ellas. Así que, además de las plusvalías, a los inversores se les están empezando a acumular también las dudas, preguntas que es normal que surjan cuando los mercados muestran algo que es, desde el punto de vista histórico, algo anómalo. Pero ¿cuánto de anómalo?

Tengo que reconocer que estoy muy sorprendido con el resultado de las carteras de inversión en este año que ahora cerramos, espero, con éxito. Llevo cerca de 20 años dedicándome a la inversión y la construcción de carteras, y créanme esto que les digo: si en cualquiera de los 19 anteriores me hubiesen pedido en enero que apuntase en un papel en blanco qué resultado esperaba para un año que arrancaba con expectativas de subidas de tipos de interés elevadas y que además han sido superadas, y con una recesión prevista en el horizonte cercano, más toda la miríada de conflictos políticos, bélicos y comerciales que han ido apareciendo, jamás habría escrito en ese papel nada que estuviese ni cerca de lo que va a ocurrir finalmente.

Mira que es típica la pregunta y casi todas las veces que me la han hecho me ha sentado fatal. Las primeras veces porque, en realidad, yo lo que no quería ser mayor. Y ya últimamente, porque sospecho que para muchas cosas he llegado a serlo. Pero, independientemente del contexto, la 'preguntita de marras' te genera un proceso mental de generación de expectativas (con su correspondiente gestión de expectativas después) y requeriría un tiempo tan largo de pensar y de explicar, que, al final, es mucho mejor despacharla con un "pues, no lo sé". Y, en realidad, algo hay que saber o al menos prever.

Pocas palabras tan aparentemente inofensivas pueden despertar tanta controversia como la normalidad, porque, en última instancia, ¿quién decide lo que juzga o no normal, más que la propia experiencia personal?

Si somos titulares de una cartera de ahorro, seguramente uno de los consejos que habremos recibido en más ocasiones es la necesidad de invertir a largo plazo. O mejor dicho, a no dejarnos llevar por los mercados y actuar llevados por los movimientos, bien sea al alza o a la baja, de los mercados en el corto plazo.