
"Los retos ahora son las personas y la biodiversidad", aseguró hace unos días Rafael Benjumea, presidente de la Unión Española Fotovoltaica, UNEF, delante de dos centenares de ejecutivos y técnicos de empresas del sector en Andalucía, congregados para asistir a las jornadas Mejores prácticas de sostenibilidad en el desarrollo de plantas solares. La fotovoltaica bate récords en la Comunidad: entre los años 2019 y 2021 en Andalucía se han puesto en marcha 2.569 MW fotovoltaicos, lo que representa un incremento de la potencia renovable instalada de más del 46% con respecto al cierre de 2018. Y lo que viene multiplica casi por siete lo de los tres últimos años. Actualmente se tramitan casi 800 proyectos más con una potencia de 18.400 MW. Un crecimiento enorme que está empezando a chirriar en algunas comarcas -con contestación de ecologistas, agricultores y políticos-, y que ha llevado al consejero de Hacienda, Juan Bravo, a pedir al sector que junto a la parte técnica de sus proyectos, trabaje también "el relato".
"Es más importante que nunca hacer las cosas bien", sentencia Rafael Benjumea. "Los proyectos que hacemos se plantean desde una lógica de máxima ambición de integración social y ambiental. El sector aplica estándares cada vez más exigentes, va más allá de los que exige la legislación. No se queda solo en las declaraciones de impacto ambiental que debe superar cada proyecto. Cuando proyectamos debemos pensar que vamos a convivir 30 años. Ante críticas y dudas, queremos aportar soluciones. Las plantas fotovoltaicas son una oportunidad para la biodiversidad y para crear valor compartido para las comunidades locales", explica.
Rafael Benjumea: "Ante críticas y dudas, queremos aportar soluciones"
En Andalucía los recelos más fuertes con los que se han encontrado los promotores de plantas fotovoltaicas se levantaron en la comarca gaditana de Jimena y Castellar, y en la zona malagueña cercana a la Sierra de las Nieves. Allí hubo protestas y la Diputación de Málaga llegó a pedir una moratoria en la instalación de parques. Aunque en el sector son conscientes de que ese sentimiento se comienza a dar, en mayor o menor medida, en otras zonas. Más cuando se estima que poner en marcha todos los proyectos en trámite actualmente precisaría de más de 40.000 hectáreas de suelo andaluz, con el consiguiente riesgo de saturación.
En Málaga el malestar por la proliferación de proyectos fotovoltaicos se centró en el impacto paisajístico de los parques, que podía perjudicar a la potente industria turística de interior de la provincia, con más de un millón de clientes al año. En Cádiz, el revuelo se centró en la fiabilidad de proyectos a 30 años, en la posible afección a la nidificación de aves esteparias, en las servidumbres de paso en los postes de las líneas de evacuación o en el temor a expropiación de parcelas.
Más ventajas
Las fuentes consultadas en el sector y en la administración andaluza ponen las ventajas por delante de los posibles inconvenientes. Aunque entienden las dudas que se pueden generar.
Las empresas consideran normal que en las zonas donde se estima que habrá nodos de conexión a la red se produzca revuelo, ya que los promotores se aseguran terrenos para sus proyectos tanteando o incluso firmando algún tipo de acuerdo con varios propietarios simultáneamente, aunque finalmente solo se vayan a instalar en un emplazamiento. Así que en una comarca puede haber la sensación de que el parque fotovoltaico va a ser enorme, porque se toca a mucha gente. Que el pueblo se va a llenar de placas solares. Aunque realmente no vaya a ser tanto.
La sostenibilidad ambiental de cada parque está garantizada por el trámite de declaración de impacto ambiental, que es preceptiva. "Es lógico que aparezcan recelos. Pero está demostrado que somos compatibles con el sector primario, bien a través del pastoreo, instalando colmenas para producir miel, con plantaciones como alcachofas u otras. Los parques son beneficiosos para el entorno, con declaraciones de impacto ambiental exhaustivas que lo garantizan, con barreras visuales vegetales… Si no es viable no se hace", explica Benjumea. Además, al no poder cazar cerca de las placas, los parques son buen refugio para la fauna local.
Con las comunidades
"Las plantas son una oportunidad para la biodiversidad y para crear valor compartido para las comunidades locales", añade el presidente de la UNEF.
La fase de construcción de las plantas genera un buen número de empleos (para un proyecto de 100 MW, hasta 400 puestos). Aunque después el mantenimiento se hace con muy poca mano de obra.
Los promotores alegan que sus plantas se instalan en terrenos de secano (en parcelas productivas de regadío, de olivar o almendro lo que ofrecen no convence a los agricultores), que tampoco son intensivos en la generación de mano de obra. Los agricultores pueden pasar a cobrar 1.500 euros por hectárea o más durante 30 años por no hacer nada, el doble o más de lo que ahora ganan trabajando.
Pero además, los parques fotovoltaicos son una buena fuente de ingresos para las arcas municipales. En los primeros diez años de vida de la instalación, 6.000 euros por MW en impuestos. Y los proyectos siempre aportan a la comunidad: suministro eléctrico barato a instalaciones municipales, refuerzo de la potencia disponible en polígonos industriales, apoyo a obras necesarias en el pueblo, reparaciones en la iglesia o la construcción de una residencia de ancianos. Son ejemplos que se han negociado o están ya incluso realizándose en Andalucía.
En los procesos de adjudicación de los nodos para evacuar potencia se tiene también en cuenta si el promotor cuenta con socios locales en proyectos económicos. Así que los promotores deben tejer alianzas con empresas locales en el aprovechamiento de los terrenos o en la generación de oportunidades.
Atracción de empresas
Hasta el consejero Juan Bravo apunta que localidades con parques fotovoltaicos tienen más opciones de atraer a empresas con altas necesidades de consumo eléctrico.
"Es cierto que puede haber confrontación social, pero las situaciones planteadas se solucionan con diálogo como se ha producido en Cádiz, y sobre todo hay posibilidad de industrialización y desarrollo rural", dijo Bravo en las jornadas sobre buenas prácticas en el sector a los profesionales, a los que animó a "trabajar en el relato, que se entienda que es bueno, que genera recursos. Hay que explicar que cuantas más renovables tengamos mejor para la sostenibilidad, el crecimiento y la generación de empleo".
Bravo: "Cuantas más renovables, mejor para la sostenibilidad, el crecimiento y el empleo"
El empeño del consejero radica en que las renovables son la clave de bóveda de la revolución verde en la que está empeñado el presidente Juanma Moreno como una de las líneas estratégicas de su mandato. Con notable impacto en la economía en la fase de implantación. Los 837 megavatios (MW) de nueva potencia eléctrica instalada el año pasado supusieron 700 millones de euros en inversiones y 2.550 empleos asociados a la construcción de nuevos parques e instalaciones.
Potencia verde
Al cierre de 2021 la potencia eléctrica renovable instalada en la comunidad andaluza ascendía a 8.941 megavatios (MW), lo que supone un incremento de un 10,3% en comparación con la del año anterior, y que producirá anualmente 18.000 gigavatios hora (GWh) de energía eléctrica limpia, según las estimaciones realizadas por la Agencia Andaluza de la Energía, entidad adscrita a las Consejerías de la Presidencia, Administración Pública e Interior y de Hacienda y Financiación Europea. Por primera vez en la historia, Andalucía ha producido más energía verde (un 52%) que la obtenida por otros medios.
"La transición energética va a generar importantes oportunidades de negocio, innovación y desarrollo. Y en ese aspecto nuestra labor como Administración es crear los elementos que den confianza a los agentes que intervienen en el desarrollo de proyectos e inversiones de sostenibilidad energética", ha precisado el consejero. En esta línea, Bravo ha destacado la simplificación administrativa. Una agilidad y facilidad en la tramitación que "no está reñida con el cumplimiento escrupuloso de la normativa y con el respeto a la sostenibilidad, el cuidado del medio ambiente y una adecuada integración de los proyectos en el entorno en el que se ubican, con el objetivo de maximizar la creación de valor y el impacto socioeconómico", ha indicado.
Los 837 nuevos megavatios (MW) de nueva potencia eléctrica renovable instalada en 2021 en Andalucía provienen, en su mayor parte, de la energía solar. Así, 454,92 MW los aportan la entrada en funcionamiento de nueve centrales fotovoltaicas de más de 10 MW distribuidas entre las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Huelva, Jaén y Sevilla; otros 326 MW fotovoltaicos proceden de más de 15.000 instalaciones de autoconsumo, y 13 MW de nuevas pequeñas centrales fotovoltaicas de menos de 10 MW e instalaciones aisladas situadas en zonas rurales.