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Investigadores descubren "la clave" para combatir la adicción a la cocaína

Drogas encima de la mesa. Fuente: Canva.

Un circuito cerebral específico "anti-recompensa" se hiperactiva durante la abstinencia, lo que genera malestar y empuja a los consumidores a volver a consumir la droga, según ha descubierto un trabajo de la Universidad Hebrea (Israel). Sorprendentemente, este circuito también podría servir como un mecanismo de protección intrínseco, lo que ofrece nuevas esperanzas para el tratamiento de la adicción, según se publica en 'Science Advances'.

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La adicción a la cocaína se ha entendido desde hace tiempo como un tira y afloja entre la recompensa y la moderación. La descarga de dopamina mantiene enganchados a los consumidores, mientras que la abstinencia desencadena ansiedad, depresión y desesperación.

Sin embargo, este nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén revela que no es solo el ansia de placer, sino también la aversión del cerebro al dolor, lo que influye significativamente en las recaídas.

Dirigido por el profesor Yonatan M. Kupchik y el estudiante de doctorado Liran Levi, el estudio identifica una red específica "antirrecompensa" en las profundidades del cerebro que experimenta cambios duraderos durante el consumo de cocaína, la abstinencia y la reexposición. Esta red glutamatérgica, ubicada en el pálido ventral, se perfila como un factor clave en la adicción y un objetivo prometedor para futuras terapias.

Si bien el pálido ventral es conocido por regular el placer y la recompensa, esta investigación destaca un grupo de neuronas menos conocido que suprime la liberación de dopamina y amplifica las emociones negativas. Durante la abstinencia, esta red antirrecompensa intensifica su actividad, intensificando el malestar y la angustia emocional.

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Al reintroducir la cocaína, la red se silencia rápidamente, reforzando el ciclo de búsqueda de alivio y recaída. "Es un interruptor", dice el profesor Kupchik . "Esta red rastrea el coste emocional de la abstinencia. Cuando está muy activa, puede impulsar a alguien a recurrir a la droga de nuevo, simplemente para escapar de los sentimientos negativos".

El estudio también muestra que este circuito cerebral se conecta con otros centros clave involucrados en la regulación emocional y el procesamiento de la recompensa. Durante la abstinencia, estas conexiones se fortalecen, aumentando la sensibilidad a los estados emocionales negativos. Cuando la droga regresa, el sistema se reinicia, aliviando temporalmente la angustia.

En un hallazgo sorprendente, los investigadores descubrieron que, al inhibir este circuito antirrecompensa, la preferencia por las drogas y la motivación aumentaban. Esto sugiere que las señales negativas del cerebro podrían tener una función protectora, creando un freno interno que desalienta el consumo excesivo de drogas al hacerlo emocionalmente costoso.

Si bien la mayoría de las terapias actuales contra la adicción buscan reducir el sistema de recompensa del cerebro, este estudio sugiere una vía diferente: abordar el dolor emocional de la abstinencia. Al comprender y, potencialmente, modular las señales aversivas del cerebro, los tratamientos futuros podrían abordar mejor las causas profundas de la recaída.

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