
Los toldos de la Puerta del Sol continúan en boca de todos los madrileños después de que el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida haya gastado 1,5 millones de euros en su instalación. Muchas son las voces que se preguntan por qué no se han plantado árboles en lugar de gastar una cantidad tan elevada en 32 lonas "enormes" de tela para dar sombra. Pues bien, el Consistorio ha zanjado la polémica y ha justificado su montaje con un motivo de peso.
Los toldos se han instalado en una estructura auxiliar de carácter no permanente ubicada sobre el paseo semicircular norte de la plaza y sobre los nuevos bancos. Esta estructura se instalará solamente durante los meses de más calor y se desinstalará posteriormente.
La instalación contempla además una serie de mástiles de acero inoxidable anclados en los nuevos bancos de granito a través de tubos roscados que permitan su instalación y desinstalación. Sobre estos elementos rígidos se dispondrán unos tensores anclados a su vez a la fachada de los edificios que conforman la plaza sobre el zócalo comercial. Estos tensores son los que permitirán instalar una serie de piezas textiles de color claro.
Así, la delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento, Paloma García Romero, ha defendido su modelo de toldos de quita y pon y ha recordado a todos los ciudadanos que la Puerta del Sol es un Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que "no se puede plantar ni un árbol ni instalar estructuras permanentes".
En declaraciones a los medios durante su visita este martes a las obras del Parque Castellana, García Romero ha subrayado que los toldos cuentan con "una enorme calidad y una resistencia importantísima", y que su diseño ha sido avalado por ingenieros de caminos.
"Se ha tenido en cuenta que es una zona con grandes vientos y que necesita anclajes seguros", ha sostenido, al tiempo que ha recordado que la Puerta del Sol es un BIC, por lo que "no se puede plantar ni un árbol ni instalar estructuras permanentes".
En este sentido, la delegada ha incidido en que el proceso ha requerido pasar por "todo tipo de controles de la Comisión de Patrimonio", hasta el punto de que "hasta la propia chincheta del anclaje se revisaba más o menos a fondo", motivo por el que se retrasó todavía más la instalación de las sombras.
Además, ha destacado que los toldos son desmontables y se han instalado "a petición popular", tras el rediseño de la plaza impulsado por el equipo de Gobierno, que fue elegido mediante un concurso del Colegio de Arquitectos y que costó 13 millones de euros.
"La izquierda nos critica todo", ha censurado para después indicar que "cuando ellos gobernaban en Sol había coches". En contraposición, la delegada ha ensalzado su modelo de la mítica plaza madrileña como "un espacio pensado para los ciudadanos".
En cualquier caso, García Romero se ha escudado de las quejas afirmando que "con toldos o sin toldos, en la Puerta del Sol va a hacer calor a 40 grados, pero al menos ahora hay zonas de sombra donde se reduce algo la temperatura".
"Expertos en chapuzas"
Esta defensa de la nueva infraestructura de sombra llega después de que la oposición haya criticado la medida. Así, Rita Maestre, ha calificado a Almeida de ser un "experto en chapuzas". En un mensaje en sus redes sociales, la jefa de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid recuerda que el alcalde de la ciudad "se gastó 13 millones de euros en la reforma de Sol para llenarla de cemento".
"Dos años después sin una sombra se gasta millón y medio en unos toldos estrafalarios que no la dan. Almeida S.L: expertos en chapuzas", señala la portavoz de Más Madrid.
Por su parte, Reyes Maroto considera que los toldos de Sol "no son una solución ni buena, ni bonita, ni barata. Solo dan sombra a una pequeña parte de la plaza por millones de euros".
La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento ha ido un paso más allá y ha propuesto "un proyecto alternativo para estas plazas duras de la ciudad, que ya se está utilizando en Barcelona y que responde a la ambición que Madrid debería tener para los vecinos y vecinas". Se trata, según Maroto, de creación de sombras efímeras, que cubrirían una parte importante de la plaza y que es "mucho más bonito" que los toldos y "mucho más barato", ya que cuatro de estas sombras cuestan 100.000 euros.
"Esta sombra efímera no tiene anclajes, es una sombra que se basa en la sujeción en los asientos y que, por tanto se puede quitar y poner sin la necesidad de perforar el rico patrimonio que tiene la Puerta del Sol", explica Maroto.
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