
Hasta hace no mucho tiempo, Loché-sur-Indrois, un pequeño pueblo francés con menos de 500 habitantes, era un paraíso para las personas que buscaban un sitio en el que aparcar su caravana. Y es que dentro del territorio de este municipio se encuentra un prado comunal que por su tamaño y por la sombra que dan sus árboles, es perfecto para las familias nómadas o los viajeros en caravana.
Sin embargo, los vecinos de Loché-sur-Indrois se han hartado de que decenas de caravanas se instalen sin autorización, y el ayuntamiento ha declarado la guerra a quienes usan sus terrenos como parking: han construido una '"barrera" para evitar que los coches y las caravanas entren a la pradera.
20.000 euros en obras
France 3 recoge unas declaraciones en la que Nisl Jensch, alcalde de Loché-sur-Indrois, explica que el número de caravanas que se instalan en el prado ha aumentado hasta el punto de convertirse en un gran inconveniente: "Con 5 o 6 caravanas no hay problema, eso es lo que pasaba antes. Pero cuando hay 60 u 80 vehículos, todo está ocupado y no hay acceso".
Jensch añade que el prado ha dejado de ser una zona comunitaria de ocio porque ya no está disponible para quienes quieren disfrutar de él, y que por la noche los turistas hacen demasiado ruido. Como respuesta, el Ayuntamiento de Loché-sur-Indrois ha decidido invertir 20.000 euros en obras para colocar piedras y zanjas alrededor del campo y así evitar el acceso a los vehículos.
"Ha habido dos peticiones de vecinos, y ninguna respuesta. Entonces, ¿qué solución tenemos? Soy responsable de la policía municipal e intento que no se invada el lugar", declara Nisl Jensch. Eso sí, la decisión no ha sentado demasiado bien a varias familias que ya han amenazado con seguir entrando al prado con su caravana.
"Entramos por la fuerza y luego hablamos"
Samuel Chabot, representante de una familia nómada, ha explicado que seguirán instalándose en la pradera de Loché-sur-Indrois porque las parcelas que les ofrece el estado "siempre están lejos y cerca de un vertedero". Chabot argumenta que son una familia numerosa con niños, ancianos y enfermos, por lo que necesitan una parcela en buenas condiciones y con capacidad para 20 caravanas, algo que parece impensable.
"Cuando pedimos permiso a un alcalde para entrar, siempre es que no. Así que entramos por la fuerza y luego hablamos. Si el alcalde de Loché-sur-Indrois no nos ofrece una parcela para 20 caravanas, entraremos de todos modos después de quitar las piedras", concluye Chabot.