
Tal y como avanzó el elEconomista.es hace escasos días, todo hacía indicar que la inflación en Argentina ya se encontraba por debajo del 2% mensual a nivel nacional. Lo cierto es que los mercados preveían una tasa del 2,1% para mayo, todavía por encima de ese número redondo del 2%. Finalmente, el IPC ha sido del 1,5%, marcando su nivel más bajo desde el año 2020 hace ya 5 años. La política de shock implementada por Javier Milei, basada en los recortes del gasto público, el superávit fiscal, el saneamiento del balance del banco central y la desregulación para permitir que incentivos económicos actúen, están obrando esta suerte de milagro. La base monetaria (el dinero en circulación en sentido estricto) se ha congelado desde la llegada de Milei al poder, lo que junto al fin de los déficits fiscales está permitiendo esta drástica moderación de la inflación en el país.
Los precios al consumidor en Argentina se situaron en mayo pasado en el 1,5% en comparación con el mes de abril, cuando habían subido un 2,8%. Esta es su menor tasa de variación mensual en cinco años, una "pulverización" de la inflación que el Gobierno de Javier Milei atribuye a sus políticas ortodoxas de severo ajuste fiscal. Pese al ajuste fiscal y las turbulencias en la economía global, la economía de Argentina está creciendo a un ritmo interanual del 6%, mientras que la ocupación alcanza máximos de la serie histórica y los salarios reales están más de un 3% por encima de diciembre de 2023, cuando Javier Milei llegó al poder en Argentina.
Las políticas de Milei y su Gobierno durante este periodo tenían un objetivo principal: vencer a la inflación y evitar una hiperinflación que estaba en marcha. La austeridad fiscal, la contención del gasto público y la congelación de la base monetaria están ayudando a contener la inflación porque reducen la presión de la demanda sobre los precios. Cuando un gobierno limita su gasto y evita inyectar grandes cantidades de dinero en la economía, disminuye el riesgo de que haya un exceso de dinero persiguiendo una cantidad limitada de bienes y servicios, lo que normalmente provoca subidas de precios. Además, al frenar el crecimiento de la base monetaria, se evita el aumento artificial de la liquidez, lo que mantiene más estables las expectativas de inflación. Esta disciplina fiscal y monetaria también fortalece la confianza en la estabilidad macroeconómica del país, anclando las expectativas de consumidores e inversores.
La inflación anual en Argentina
Según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el índice de precios al consumidor se situó en mayo pasado en el 43,5% interanual, su decimotercera desaceleración consecutiva. La tasa de inflación interanual registrada en mayo pasado es la más baja desde marzo de 2021, cuando la variación había sido del 42,6%.
En el quinto mes de 2025, los precios al consumidor crecieron el 1,5% en comparación con abril, lo que implicó también una desaceleración con respecto a la tasa mensual del 2,8% que se había registrado en el mes anterior. La variación mensual de mayo es la menor desde mayo de 2020, cuando la tasa también fue del 1,5%, aunque si se excluye el período de la pandemia de covid-19 -cuando los precios tuvieron un comportamiento atípico-, es la más baja desde noviembre de 2017, cuando el índice mensual fue del 1,4%.
"La pulverización de la inflación se logró gracias al exitoso plan de estabilización ortodoxo del ministro de Economía, Luis Caputo, y su equipo de notables economistas, quienes realizaron un ajuste histórico de 15 puntos del PBI, terminaron con la emisión monetaria y eliminaron el cepo cambiario", afirmó este jueves el portavoz presidencial, Manuel Adorni.
Gran estabilidad en el peso y economía
Tras la súbita devaluación del peso argentino dispuesta por el Gobierno de Javier Milei apenas iniciar su mandato, en diciembre de 2023, y el impacto de sus primeras medidas ultraliberales, la inflación se disparó a una tasa mensual del 25,5% en el último mes de 2023 y una variación interanual del 289,4% en abril de 2024.
Pero a mediados del año pasado los precios iniciaron una tendencia descendente en Argentina como resultado de un fuerte ajuste fiscal y monetario y un derrumbe del consumo que aplastó la demanda. No obstante, la demanda interna se ha recuperado por completo, los salarios crecen, la pobreza se está desplomando y la economía de Argentina muestra un mejor aspecto que hace año y medio.
Sin embargo, en marzo y parte de abril los precios se habían acelerado ante la expectativa de una inminente corrección en el tipo de cambio. Finalmente, tras la firma de un acuerdo de facilidades extendidas entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno de Milei levantó el 14 de abril buena parte de las restricciones cambiarias y puso en marcha un esquema de flotación cambiaria administrada entre bandas.
Aunque tras el estreno del nuevo esquema hubo cierto salto en el tipo de cambio, luego se logró una estabilización que ayudó durante mayo a calmar los precios de la economía. "La desaceleración de la inflación no es casualidad, sino que responde a dos cuestiones fundamentales: la reducción del gasto público para terminar con el déficit fiscal, y a la recomposición del balance del Banco Central", asegura a Efe Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso.
En el quinto mes de año hubo otros factores que colaboraron para contraer la tasa de inflación, como ciertas rebajas arancelarias y campañas de promoción de compras en línea con fuertes descuentos que abarataron los precios de muchos productos.
La languidez de la demanda también es un factor que contiene el avance de los precios. Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, las ventas de los comercios pyme bajaron un 2,9% interanual en mayo, "en un contexto caracterizado por una menor disponibilidad de recursos".
Desinflación sostenida
Según el informe del Indec, la inflación argentina acumuló en los primeros cinco meses del año un alza del 13,3%. Los precios al consumidor acumularon en 2024 una subida del 117,8% en Argentina, por debajo del alza del 211,4% de 2023.
Los más recientes pronósticos privados que recaba mensualmente el Banco Central argentina apuntan a que la inflación será este año del 28,6%. Según Marí, para el último trimestre de 2025 la tasa de inflación se acercaría al 1% mensual y "en 2026 Argentina romperá con 20 años ininterrumpidos de inflación de dos dígitos".