El uso del agua es uno de los retos de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), en concreto, corresponde al sexto y al undécimo objetivo. La gestión sostenible del agua "es el uso y control de manera responsable y eficiente para satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades", según Ecoembes.
¿Qué aspectos condicionan realmente que un país se considere hídricamente sostenible? Según Javier J. Cancela, coordinador del proyecto I-ReWater (SUDOE) e investigador PROePLA EPSE-Campus Terra, "la disponibilidad y gestión del recurso, los usos y consumos de agua, la calidad y tratamiento del agua, el impacto del cambio climático y resiliencia, junto con la gobernanza y políticas públicas y la concienciación y educación" son los ítems que se tienen en cuenta para medir el grado de sostenibilidad. Sin embargo, lamenta que "la falta de homogeneidad en los datos y la carencia de estos en algunos casos dificulta la comparación y el establecimiento de comparaciones".
Según un estudio sobre sostenibilidad hídrica llevado a cabo por investigadores e investigadoras de la Universitat Politècnica de València (UPV), los países europeos con mejores condiciones para alcanzar los ODS relacionados con el agua y la sostenibilidad ambiental son Luxemburgo, Países Bajos, Finlandia, Suecia, Dinamarca y Alemania. Por el contrario, el estudio señala a Rumanía, Lituania y Eslovaquia como los que enfrentan mayores retos, "especialmente de saneamiento".
Pese a ello, Cancela explica que hay que tener en cuenta las realidades idiosincrásicas de cada país porque no todos cuentan con los mismos recursos hídricos. Mientras que el norte de Europa se enfrenta a un aumento en las precipitaciones, el sur lo hace a la baja. Del mismo modo, existe otro aspecto clave que determina la situación: los usos. En el centro y en el norte de Europa predomina la industria, mientras que en el sur de Europa se destina a la agricultura y el turismo, "lo que genera conflictos internos para el reparto de los escasos recursos hídricos del sur de Europa".
Teniendo en cuenta las variables anteriores, los países más próximos a alcanzar los ODS 6 y 11, según Cancela, son aquellos que presentan "una baja demanda de uso del agua para el riego de cultivos". Según datos de 2023-2024 que facilita el experto, utilizando como fuente el ICID-CIID (Interational Comission on Irrigation & Drainage), los estados cuyas hectáreas de superficie regada son más bajas, es decir, que su uso predominante de agua no es la agricultura, son Finlandia con 0,008 Mha (hectáreas de superficie regada), Suecia con 0,155 Mha, Dinamarca con 0,439 Mha, Alemania con 0,639 Mha y Países Bajos con 0,499 Mha, "a excepción de Luxemburgo que no presenta datos". La superficie regada de España cifra en 3,877 Mha, por lo que "es el principal demandante de este recurso".
Los elementos comunes que sitúan a estos países a la cabeza de la sostenibilidad hídrica son "la combinación de políticas públicas avanzadas en torno al agua, la inversión estratégica en tecnología y ciencia y una sociedad altamente educada en materia de sostenibilidad", según Antonella Maggioni, CEO de Agrow Analytics.
Por su parte, los países que más lejos están de ser hídricamente sostenibles "deberían comenzar por una modernización profunda de la infraestructura", sobre todo aquellos en los que el principal reto es el saneamiento, especifica Maggioni, y añade que unir inversión y tecnología para la reutilización del agua tratada en plantas de tratamiento modernas, "permitiría reducir la contaminación hídrica y mejorar el acceso a agua potable". Sin embargo, para la experta el foco ha de estar en la agricultura, "dado que consume el 70% del agua disponible".
El coordinador de I-ReWater agrega que la estrategia adecuada para mejorar tanto el acceso a los recursos hídricos como los sistemas de saneamiento, es "seguir la normativa europea" y fomentar "la cooperación a nivel Europeo para lograr equiparación entre países". Para ello, se necesita inversión económica.
Considerada como la Huerta de Europa, el sistema de regadío español se sitúa "entre los más eficientes y tecnológicos a nivel mundial como lo demuestran las inversiones en investigación, desarrollo e innovación", manifiesta Cancela. Sin embargo, para la CEO de Agrow Analytics, "aún queda mucho por mejorar en la eficiencia del uso del agua en la agricultura, la industria y el consumo urbano". Tomando como fuente los datos de Plataforma Tierra, la directora afirma que "tan solo la mitad de los campos en España están tecnificados, en concreto, el 48% de los campos ganaderos y 53% de los campos agrícolas".
Toda mejora necesita inversión económica y en España "se espera una inversión total de aproximadamente 2.425 millones", afirma Cancela, por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la SEISA y los fondos europeos. Además, se han aprobado 170 millones más "para amortiguar los efectos de la DANA", por lo que la inversión ascendería a 2.595 millones de euros.