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Tu WC es un 'chivato' … y puede salvarte la vida con Inteligencia Artificial y Deep Learning

  • Datos de contadores digitales de agua son útiles para los servicios sociales
  • Las operadoras reciben información del consumo minuto a minuto
  • Un estudio premiado por el CES andaluz considera legal el sistema
WC en un hogar.

Cada vez que el contador doméstico registra un consumo de entre 7 y 10 litros de agua en un minuto se puede interpretar que se ha tirado de la cadena. Si el flujo es prolongado durante unos 10 minutos es que alguien se está duchando. Y así, los datos que un contador digital transmite a la central de datos de la operadora del suministro doméstico pueden identificar cuando se pone a funcionar la lavadora o el lavavajillas, o cuando nos lavamos las manos, o incluso cuando nos servimos un vaso de agua del grifo. Gracias a técnicas de Deep Learning y de Inteligencia Artificial los datos se pueden interpretar como eventos, con los eventos se pueden construir patrones y pautas de comportamiento, y con los patrones se pueden definir perfiles. Un estudio premiado por el Consejo Económico y Social de Andalucía propone usar esa información que actualmente no se aprovecha para el cuidado de personas vulnerables en el medio rural.

A partir del caudal consumido, la duración del evento y la frecuencia se puede conocer qué estamos haciendo cada vez que abrimos el grifo. Un torrente de información que se transmite en tiempo real. "La inteligencia artificial tiene la capacidad de adaptarse e identificar cuáles son los usos del agua en las viviendas", explica Antonio Ramírez, técnico de la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS), que aboga en su estudio premiado por el CES por usar esa tecnología "para implementar servicios de apoyo dirigidos a grupos vulnerables, una prioridad para las áreas rurales y municipios que buscan garantizar una cobertura social inclusiva en el acceso al agua".

El ejemplo más sencillo es el de una persona mayor que vive sola en un entorno rural. Si su consumo de agua está monitorizado, un cambio de rutinas puede ser la señal de alarma de que algo está ocurriendo, y activar "una acción de atención, a partir de la cual se ponga en marcha un protocolo que lleve a conocer y servir a las personas en caso de necesidad", plantea el estudio. Los datos que proporciona, o que deja de proporcionar, el WC y todo el consumo de agua pueden salvar vidas.

Avisos

El estudio de AEOPAS propone que con estos sistemas se lancen avisos en caso de detección conductas fuera del patrón habitual de personas vulnerables, como fugas (que luego repercuten en la factura), uso excesivo del WC (puede ser indicador de problemas de salud o emergencia médica), consumos nocturnos (señal de trastornos de sueño u otros problemas de salud), ausencia de consumo, bajo consumo prolongado, consumo en ausencia de los habitantes (que puede indicar la presencia de un intruso o un okupa) o escaso uso de la ducha (la disminución de los hábitos de higiene es común en personas con trastornos psicológicos, adiciones o familias desestructuradas).

Un sms, un mensaje de whatsapp o una llamada bastarían para que los servicios sociales comprueben que todo está en orden o si por el contrario es necesario actuar. En situaciones que pueden salvar la vida al interesado, o simplemente detectar un problema en ciernes.

Digitalización de las redes

El primer requisito para explotar los datos en beneficio de las personas es que haya datos. Y para eso se requieren contadores digitales. Su implantación es actualmente desigual según ciudades y comarcas. Pero hay un evidente interés de operadores y empresas por tener esos contadores en la red. En primer lugar porque les permite combatir fugas y pérdidas de agua en la red (aguas no registradas), que pueden alcanzar un 25% del caudal de la red. Pero además de reducir esas pérdidas, también pueden aumentar significativamente la eficiencia en la gestión del recurso, ahorrarse conflictos con los usuarios el reducir la discrepancia entre el agua realmente consumida y la facturada, además de operar todo el proceso con una visión integral y más información.

El PERTE del agua articula mecanismos de financiación para digitalización del ciclo, con la previsión de movilizar más de 3.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas. El ciclo urbano acaparaba gran parte de esas inversiones previstas.

A principios de 2024 la empresa pública Emasesa tenía ya instalados contadores digitales en más de 350.000 hogares de la ciudad de Sevilla, lo que supone un 36% del total. A finales del año pasado estaban ya en un 60%, con dinero del PERTE en su proyecto Embalse Digital 5.0. En otras zonas los porcentajes son menores.

Las convocatorias del PERTE han seleccionado varias iniciativas en Andalucía para digitalizar redes no sólo en ciudades como Sevilla, sino también en entornos rurales (en las provincias de Huelva, Granada, zonas de Málaga o el Campo de Gibraltar).

Además, los operadores se mueven. Se han establecido alianzas como la Aqualia con Vodafone para digitalizar el ciclo del agua. Prevén digitalizar en cinco años un millón de contadores en España. El año pasado su previsión en Andalucía era la de instalar más de 68.500 nuevos contadores en la comunidad: 37.000 en Almería, más de 21.700 en Algeciras, 208 en la Alcadeisa, 4.641 en La Línea de la Concepción y 4.633 en Tarifa.

Redes 5G y centros de datos

Con la implantación de los contadores digitales en marcha, los otros requisitos para poder aplicar los datos de consumo de agua a servicios sociales son la existencia de una buena red de transmisión, que se cumple en Andalucía en términos generales, y que los operadores dispongan de sistemas de gestión de esos datos con herramientas de análisis avanzadas (lo que dado de la rentabilidad de la explotación de la información en la gestión también se da por hecho).

Privacidad

Los autores del informe de AEOPAS analizan también una cuestión muy sensible: el uso de los datos, pues su análisis permite a terceros (operadores, y según la propuesta del estudio también administración pública) acceder a detalles de todo tipo de las vidas privadas de sus clientes. Al respecto, "la ley menciona que los datos pueden ser tratados sin el consentimiento expreso de la persona afectada si dicho tratamiento es necesario para cumplir una misión realizada en interés público o en el ejercicio de los poderes públicos conferidos al responsable del tratamiento" entendiendo un "uso con fines estadísticos y de investigación, no de análisis pormenorizado de casos individuales".

El empleo de algoritmos y deep learning se justificaría para "mejorar la identificación de perfiles de consumo, y con ello atención a grupos vulnerables", y por lo tanto cabría interpretarlo como "una extensión natural" de las competencias.

"En conclusión, la creación y uso de una base de datos compartida para el monitoreo de consumos de agua en Andalucía con fines sociales y desde protección no sólo es viable desde un punto de vista técnico, sino que parece respaldada por la legislación vigente siempre y cuando se cumplan las normativas de protección de datos y ciberseguridad", aseguran.

"El Consejo Económico y Social de Andalucía quiere ayudar a estudiar cómo podemos ayudar a las personas a afianzarse al territorio", explica Juan Marín, presidente del CES. Los estudios, dictámenes e informes del CES sirven para orientar las políticas públicas, y en esta línea se recuperaron los Premios de Investigación

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