Actualidad

Un exoficial desertor de Putin revela cómo operan las bases nucleares de Rusia: "Estábamos listos para activar un ataque nuclear"

Foto: elEconomista.

Con el anuncio de la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania, los arsenales nucleares del país gobernado por Vladimir Putin fueron puestos en alerta máxima de combate, según revela a la BBC un exoficial desertor de Putin. El elexmilitar, llamado Anton, formó parte de la unidad encargada de las bases nucleares del Kremlin y cuenta al medio británico detalles apocalípticos de cómo operaban y cómo se vivía en una instalación secreta a la espera de activar el temido botón nuclear.

El inicio de la guerra de Rusia con Ucrania cambió por completo la vida de Anton. Antes del conflicto, su unidad realizaba ejercicios militares rutinarios. Sin embargo, según relata al medio, el día que comenzó la invasión de su país, "las armas estaban completamente preparadas". La presión era alta y, aunque su unidad no participaba directamente en el conflicto, estaba dispuesta a lanzar ataques nucleares si fuera necesario.

"Antes de eso, solo teníamos ejercicios. Pero el día que comenzó la guerra, las armas estaban completamente preparadas. Estábamos listos para lanzar a las fuerzas al mar y al aire y, en teoría, llevar a cabo un ataque nuclear", relata el exmilitar de las Fuerzas Armadas de Rusia.

El encuentro de Anton con el equipo de la BBC, en un lugar seguro fuera de Rusia, pone de relieve la gravedad de sus declaraciones. Por su propia seguridad, su identidad ha sido cambiada y su rostro difuminado. A pesar de los riesgos, el exoficial proporcionó al medio documentos que validan su rango, su unidad y su relato coincide con los anuncios oficiales realizados por el Kremlin en ese momento.

Según la cronología de la guerra, tres días después de que las tropas rusas cruzaran las fronteras ucranianas, Vladimir Putin ordenó poner las fuerzas de disuasión nuclear en un "modo especial de servicio de combate". A partir de ese momento, Anton recuerda cómo las instalaciones nucleares se convirtieron en una "sociedad cerrada", donde el acceso estaba restringido incluso para familiares. "Era mi responsabilidad asegurarme de que los soldados no llevaran ningún teléfono a la base nuclear", recuerda.

La vida dentro de la base secreta

El testimonio de Anton, además de la "responsabilidades" que asumía con su cargo, describe cómo era la vida dentro de la base, donde sobre todo primaba el control y la seguridad. Según cuenta, los soldados bajo su mando eran seleccionados meticulosamente y sometidos a controles regulares, incluyendo pruebas de detector de mentiras. El tiempo de respuesta para cualquier eventualidad era de apenas dos minutos, lo que resaltaba la preparación y la seriedad con la que se manejaba la seguridad nuclear.

Con el avance de la guerra, la presión sobre los soldados aumentaba. Anton afirma que recibió una orden "criminal" que instaba a proyectar a los civiles ucranianos como combatientes. Su negativa a seguir estas instrucciones, sin embargo, le costó caro, pues fue castigado con una transferencia a unidades de combate que a menudo eran enviadas al frente. Cansado de la guerra, Anton decidió desertar con la ayuda de una organización que apoya a aquellos que se oponen al conflicto.

Los otros (miles) desertores

Así como Anton, miles de militares rusos han desertado a defender a su país, pese al temor de las consecuencias "terroríficas" de abandonar el apoyo militar al Kremlin. En este contexto, la organización 'Idite Lesom' ha reportado que el número de soldados que buscan ayuda ha llegado a 350 al mes.

Como señalábamos anteriormente, esta situación plantea "riesgos significativos", pues varios han sido capturados y juzgados por traición al regresar a Rusia. Anton se encuentra ahora en un estado constante de alerta y preocupado por su seguridad personal.

Y es que, pese a haber abandonado Rusia, Anton sigue siendo objeto de caza por los servicios de seguridad rusos. Su vida ahora se desarrolla fuera de los registros oficiales, por lo que mantiene un perfil bajo y evita cualquier contacto con su antigua unidad. "Entiendo que cuanto más lo haga, mayores serán las posibilidades de que intenten matarme", confiesa al medio, dejando en claro la gravedad de su situación.

Muchos soldados, según él, están en contra del conflicto y desean que el mundo conozca la verdad sobre la situación en su país. Las voces de los que desertan reflejan la lucha de un ejército atrapado en una guerra que muchos no respaldan, añadiendo una capa de complejidad al conflicto en Ucrania.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky