
Rumanía es un país conocido por su rica geología y biodiversidad. Entre sus tesoros naturales se destaca el ámbar, una piedra semipreciosa que se encuentra en abundancia en diversas regiones y que una anciana, sin conocer su alto valor, guardó en su casa para usarlo como tope de puerta durante 10 años.
Entre las zonas que guardan estos tesoros naturales, aparece el nombre de Buzau. Esta localidad se destaca como uno de los principales yacimientos de ámbar del mundo. Debido a las características específicas de los depósitos en esta zona, el geólogo Oscar Helm se refirió a ellos como "romanita", nombre que se ha popularizado como "ámbar de Buzau". Este tipo de ámbar no solo es apreciado por su belleza, sino también por su historia geológica que se remonta a millones de años.
Específicamente en Col?i, en el corazón de Buzau, se ha convertido en un destino para los entusiastas y coleccionistas que buscan estas piedras preciosas en los lechos de los ríos. Los lugareños, muchos de los cuales han heredado la tradición de la búsqueda de ámbar, a menudo encuentran piezas impresionantes.
Entre los más grandes hallazgos, aparece el de una anciana rumana que, sin saberlo, encontró la pepita de ámbar más grande del mundo, con un peso impresionante de 3,5 kilos. Esta "roca" no solo es un testimonio de la riqueza natural de la región, sino que también ha capturado el interés de expertos y aficionados por igual.
El hallazgo de esta pieza de ámbar no fue reconocido de inmediato. La mujer que la descubrió ignoraba el valor de su hallazgo que se estima en más de un millón de euros, así como los ladrones que, al irrumpir en su hogar, se llevaron una cadena de gran valor pero pasaron por alto la formidable "roca". En 1991, la pepita fue vendida a las autoridades rumanas por un descendiente de la anciana, lo que permitió su preservación y estudio en el Museo de Buzau, donde se exhibe como un "auténtico tesoro nacional", según informa el medio rumano stirileprotv.
La pieza de entre 40 y 70 millones de años
Una vez en manos del Estado, la pepita fue objeto de análisis científico para confirmar su autenticidad y singularidad. Los estudios de laboratorio no solo validaron su estatus como una de las piezas más grandes de ámbar conocidas, sino que también revelaron su sorprendente antigüedad.
Según los especialistas del Museo de Historia de Cracovia, que cuenta con una sección dedicada al estudio de este tipo de piedra, se estima que la pepita puede tener entre 40 y 70 millones de años. Este dato no solo la convierte en una reliquia geológica, sino que también la sitúa dentro de las narrativas más amplias sobre la evolución de la Tierra.
El ámbar de Buz?u es, sin duda, un importante símbolo del patrimonio natural y cultural de Rumanía. Además de su belleza visual y su impresionante historia, el ámbar también representa el vínculo entre la humanidad y su entorno natural. La búsqueda y valoración de este recurso nos recuerda la importancia de preservar nuestros tesoros naturales y culturales, que son testimonios tangibles de la historia de nuestro planeta.
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