
En el pequeño pueblo de Castelsagrat, Tarn-et-Garonne, Francia, la panadería Louboulbil se ha convertido en un faro de innovación laboral y ejemplo para varios modelos de empresas. Bajo el mando de Jean-Pierre Delboulbe, esta panadería ha implementado un modelo de trabajo revolucionario que incluye una jornada laboral de solo cuatro días a la semana, manteniendo el mismo salario, además de otorgar a sus empleados 10 semanas de vacaciones al año. Este enfoque ha permitido a la panadería mantener sus ganancias sin sacrificar la calidad del trabajo ni la satisfacción de sus empleados. Según Delboulb, "estamos todos felices".
El dueño, Jean-Pierre Delboulbe, un exingeniero que le dio un giro a su vida en 1997 al convertirse en panadero sostiene que su objetivo es redefinir el éxito empresarial. "Quería explorar otros criterios de éxito en una empresa. Todo empezó cuando yo era ejecutivo de Vinci en París y sólo tenía cinco semanas libres para ir a ver a mi familia y a mis suegros ", explica a la AFP, y recoge France3 Regions, el emprendedor de 52 años.
"Para mí, teníamos que empezar con una nueva forma de organizarnos", dice, después de iniciar solo el negocio de la panadería en 1997. Poco a poco, la empresa, organizada como cooperativa agrícola que utiliza trigo de producción local, incluido el propio, crece y perfecciona su modelo social.
La filosofía del panadero
Su modelo se basa en tres pilares fundamentales: tranquilidad, tiempo libre para todos y compartir las ganancias. Esta filosofía ha transformado el ambiente laboral de Louboulbil en un lugar donde la confianza y la flexibilidad son la norma.
Aplica lo que él llama como "salario digno" básico se basa en la renta media francesa y se fija en 2.000 euros netos, por encima de la renta media del sector. Los incrementos ligados a la antigüedad y las bonificaciones aumentan la remuneración de todos los empleados, en función del volumen de negocios de la empresa. Louboulbil vende actualmente sus 300 toneladas de pan producidas al año en 17 mercados de la región, de Toulouse a Cahors, pasando por Agen y Montauban, y en algunos depósitos de pan locales.
La organización del trabajo también es única, estableciéndose la autonomía como palabra clave. "Podemos decir que somos una empresa anárquica, pero anárquica en el sentido de que hay muchas libertades", asegura Nathalie Tessier, vendedora de la panadería.
La empresa "anárquica"
"Cada uno hace lo suyo, cada uno hace sus propios turnos, no hay presión, no hay control, ni siquiera hay expectativas de resultados, porque en realidad trabajamos por cuenta propia en alguna parte", argumenta la empleada de 52 años. quien lleva 12 años en la empresa.
Otra empleada que prefiere no revelar su nombre coincide en que el ambiente de trabajo es excepcional. "Mientras el trabajo esté bien hecho y mis compañeros estén contentos conmigo, todo va bien", afirma. Esta satisfacción laboral se traduce en un equipo comprometido y feliz, un factor que, según Delboulbe, es crucial para el éxito de cualquier empresa.
El modelo de Louboulbil ha suscitado interés no solo entre los clientes, sino también entre otros profesionales que desean replicar esta filosofía en sus propios negocios. Una agricultora, al ver el éxito de la panadería, expresó su deseo de implementar un modelo similar en su propia empresa. Este interés pone de manifiesto que la búsqueda del bienestar laboral puede ser un camino viable hacia la sostenibilidad económica.
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