
Entre las diferentes características generales que se le atribuyen a los gatos, además de que son muy independientes o tienen un carácter fuerte y marcado, hay otro que es de lo más habitual en los felinos: son muy miedosos, desconfiados y asustadizos.
No hace falta ni siquiera convivir con un gato para darse cuenta de que estos animales se asustan literalmente por todo, aunque esto tiene un matiz muy importante, ya que la mayoría de ellos se suelen asustar por cosas nuevas, por cosas desconocidas, apuntando directamente a un tipo de fobia que se atribuye como característica propia de los gatos: la neofobia.
Sí que es cierto que cada gato, al igual que sucede con la personalidad de otros animales de compañía o con los propios humanos, es un mundo, por lo que la personalidad, la forma de comportarse ante diferentes situaciones o el carácter pueden variar mucho de unos felinos a otros, también dependiendo de la educación o de la falta o no de costumbre desde que son pequeños.
¿Por qué los gatos se asustan por todo?
Lo primero que hay que saber es que los gatos, como animales salvajes que finalmente se han domesticado para convivir a la perfección con los humanos, tienen un gran instinto de supervivencia, lo que les hace permanecer alerta constantemente y, por tanto, desconfiar y sentir miedo a cosas que, incluso, son cotidianas.
Seguramente, has visto a tu gato asustando en muchas ocasiones por cosas que no te dan miedo o son muy habituales, sobre todo, con ruidos fuertes o movimientos muy bruscos. A muchos gatos les aterra la aspiradora o el secador, mientras que otros no pueden ver una fregona o dan un gran salto al verse reflejados por primera vez en un espejo.
"Este instinto ayuda a nuestros compañeros felinos ante una situación que les supera a valorar de manera inmediata cuál es la mejor opción y, en función de eso, elegir cómo actuar", explica el veterinario Carlos Gutiérrez, fundador del canal de YouTube Mascotas y familias felices, en uno de sus vídeos, donde añade: "Ya te digo que los gatos, entre enfrentarse al problema o quitarse de en medio van a elegir esta segunda opción".
De todos modos, hay que saber que estas reacciones de miedo, aunque parezcan desproporcionadas, son completamente normales, forma parte de su temperamento y su forma de actuar ante lo desconocido, para no ponerse en peligro.
Al margen de este instinto de supervivencia, también es cierto que el gato puede tener miedo a algo concreto debido a alguna experiencia propia. Por ejemplo, si un gato está acostumbrado a jugar con las puertas, un elemento que nunca le ha dado miedo, pero un día se pilla una pata durante ese juego, es posible que el gato no vuelva a jugar con las puertas e, incluso, que les coja miedo.
¿Qué es la neofobia y como afecta a tu gato?
Por otro lado, es posible que hayas escuchado alguna vez que todos los gatos tienen neofobia. Bien, no todos tienen que mostrar síntomas de este miedo irracional, pero, en relación a lo comentado anteriormente, hay muchos gatos que sí que tienden a tener miedo por todo lo desconocido, a todo lo nuevo, que es en lo que consiste esta fobia.
Además, esta circunstancia se mezcla con el hecho de que son muy curiosos, por lo que es posible que tu gato, con gesto y comportamientos de inseguridad, miedo y susto ante un nuevo objeto que has introducido en casa, como puede ser un nuevo mueble, una caja o cualquier utensilio, aun así se acerque a comprobar de qué se trata esa nueva incorporación.
Es curioso uno de los datos de neofobia que comentan los especialistas de los hospitales veterinarios Balmesvet, que es la neofobia alimentaria, que consiste en "rechazar alimentos de apariencia, sabor, olor, textura diferente a los que está acostumbrado. También puede implicar rechazar el ofrecimiento de comidas a los que está habituado en situaciones o en un entorno diferente al suyo cotidiano".
De hecho, en relación a la neofobia alimentaria, esta va más allá de un simple susto o desconfianza ante un objeto o cosa, sino que se traslada a situaciones vitales tan importantes como los cambios de rutina, el entorno, las personas con las que conviven... Es por ello que a algunos gatos les cuesta mucho cambiar de casa, sobre todo a los que viven siempre en un espacio interior, lo que consideran su hogar, y podrán mostrar síntomas de estrés y miedo, como dejar de comer o no hacer sus necesidades, cuando noten cambios importantes, por ejemplo, si se les cambia de casa o pasan de estar siempre acompañados a estar, de repente, solos.
Desde Balmesvet muestran un listado de las situaciones más habituales en las que nuestro gato puede presentar estrés por neofobia, como son la incorporación de una nueva mascota en nuestro hogar, una mudanza, un cambio de alimentación, el cambio de comedero, bebedero o arena, un viaje o una visita al veterinario.
Consejos para evitar la neofobia
En primer lugar, lo más recomendable es que, si tenemos al gato con nosotros desde pequeño, intentar que en las primeras etapas de socialización el gato pueda llevar a cabo diferentes prácticas, rutinas, juegos, interacciones con personas, etc., de forma que no sienta ese rechazo irracional a los cambios cuando sea adulto.
"Una vez nuestro gato sea ya adulto, lo mejor es que, cualquier cambio que incorporemos en su ambiente, en sus hábitos o rutinas lo hagamos de manera paulatina", indican los expertos veterinarios, que recomiendan la etología veterinaria para acompañar y ayudar a los gatos que de verdad tengan problemas de miedo irracional, que derive en estrés y una pérdida de la calidad de vida.
De hecho, también se recomienda el uso de feromonas para gatos, que ayudan en momentos de estrés puntuales, como pueden ser los primeros días en una casa ajena o desconocida, una visita al veterinario o unos días de cambios por vacaciones.