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El plástico: una amenaza silenciosa para la salud

  • La exposición a sustancias químicas pueden causar enfermedades cáncer o diabetes
Montaña de botellas de plástico usadas

Aunque no seamos conscientes, todos los días estamos rodeados de productos plásticos. Los envases de alimentos y bebidas, los botes de maquillaje, los juguetes, los asientos del transporte público e incluso la ropa contienen plásticos y están compuestos por sustancias químicas. Sin darse cuenta, la población está expuesta a una gran variedad de sustancias químicas tóxicas y microplásticos mediante la inhalación, ingestión y contacto directo con la piel, a lo largo del ciclo de vida del plástico.

Un estudio reciente del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada ha demostrado que la exposición constante a sustancias usadas en plásticos puede causar alteraciones a largo plazo en el organismo y provocar enfermedades como el cáncer o la diabetes tipo 2.

El problema de los plásticos reside en las sustancias que se utilizan para aumentar tanto su flexibilidad como su durabilidad. Ante esto, los expertos aconsejan no meter en el microondas ni en el lavavajillas envases de plástico, porque pueden descomponerse con el tiempo y sus componentes pueden filtrarse a los alimentos. No obstante, entre todos los componentes del plástico, los investigadores ponen el foco en el Bisfenol A, un compuesto utilizado desde la década de 1960. Este es un estrógeno sintético débil que está presente en muchos productos, pues se emplea para recubrir el interior de los productos de metal, como, por ejemplo, las latas. Su actividad es similar a la del estrógeno, por lo que es un disruptor hormonal que puede llegar a interferir en las hormonas del cuerpo y provocar enfermedades graves.

Enfermedades graves

La exposición directa a los plásticos tiene graves consecuencias para las personas. Según un informe del Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL, por sus siglas en inglés), la extracción y transporte de plásticos afecta al hígado, a los riñones, al desarrollo humano y al aparato reproductor. Además, provoca cáncer y toxicidad neurológica. La refinación y la fabricación de los plásticos, aparte de estas enfermedades ya mencionadas, también pueden causar irritación en los ojos y en la piel. Y en los recién nacidos, un bajo peso.

Por otro lado, cuando el consumidor utiliza plásticos, está poniendo en riesgo su sistema renal, cardiovascular, gastrointestinal, neurológico, reproductor y respiratorio, además de correr el riesgo de sufrir cáncer y/o diabetes. Por último, la gestión de residuos influye en el aparato reproductor, nervioso y endocrino. Sin embargo, la exposición ambiental también afecta a las personas, en concreto a su sistema cardiovascular, renal, gastrointestinal, neurológico, reproductor, respiratorio y al desarrollo. En situaciones extremas, puede causar cáncer, toxicidad neurológica y diabetes.

Asimismo, se han empezado a detectar microplásticos y nanoplásticos nocivos en la placenta, la sangre, los pulmones y ahora también en los testículos humanos. Según un estudio publicado en la revista Toxicological Sciences, la presencia de plásticos en el aparato reproductor masculino tendría como consecuencia una disminución de espermatozoides y, por ende, afectaría la fertilidad. Dicho estudio ha demostrado que los testículos humanos presentaban una concentración de plástico de 330 microgramos por gramo de tejido.

En relación con esto, y tal y como señala la inspectora enfermera y asesora de la Sociedad de Médicos Generales y de Familia (SEMG-CLM), Julia María Ruiz Redondo, "la contaminación por microplásticos, originados a partir de la descomposición de los mismos en partículas, son un factor de riesgos potencial de enfermedad cardiovascular".

Tomar medidas

Ya hay evidencias claras sobre el riesgo de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares por la presencia de microplásticos, aunque el alcance total y los riesgos para la salud que tienen aún son en gran parte desconocidos. El plástico está compuesto por miles de aditivos y sustancias químicas cuyas repercusiones en el organismo humano y en la salud aún no se conocen completamente. Entre las soluciones que plantean los expertos para reducir la exposición a estas sustancias tóxicas está la transparencia, ya que, si no se conoce el carácter y el alcance de la exposición, no se pueden evaluar los riesgos.

Por otro lado, las soluciones deben integrar el derecho a la participación plena en la toma de decisiones sobre los riesgos vinculados al plástico y el acceso a la justicia en caso de daños y perjuicios. Uno de los grandes inconvenientes a la hora de buscar soluciones es la aparición continua de nuevos plásticos, con nuevos aditivos y nuevas vías de exposición entretejidas en las cadenas de abastecimiento que cruzan repetidamente fronteras, continentes y océanos, apunta el CIEL. Y concluye que el abordaje fragmentado que se utiliza hoy como respuesta a la crisis de contaminación plásticano tendrá éxito hasta que no se afronten los impactos del ciclo de vida del plástico. Asimismo, desde la OCDE estiman que la contaminación plástica se duplique desde el 2016 hasta 2040, pasando a generarse 44 millones de toneladas anuales.

Esto demuestra que "las medidas de contención llevadas a cabo para reducir la producción de plásticos no está dando los resultados deseados, lo cual nos hace plantearnos que estamos en un punto de no retorno, donde la actuación por parte de la población e instituciones gubernamentales es obligatoria si no queremos llegar a generar daños insostenibles a la salud, al medio ambiente y a la economía", alerta la inspectora enfermera y asesora de la SEMG-CLM.

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