
El anuncio de la composición del Gobierno de coalición ha dejado nuevas caras en el gabinete comandado por Pedro Sánchez, pero un importante bloque de políticos que formaban el Consejo de Ministros ha permanecido en el Ejecutivo. Uno de ellos es Pilar Alegría.
La socialista, no obstante, ha visto cómo sus funciones en el Gobierno se han modificado y ampliado: Alegría se queda con la cartera de Educación que ya ostentaba y ahora también tiene la de Deportes, que antes figuraba junto a la de Cultura. Además, en una clara señal de la confianza de Sánchez, ha sido elegida portavoz del Gobierno sustituyendo a Isabel Rodríguez.
Por lo tanto, en la composición del nuevo Gobierno, Alegría aparece como una de las nuevas caras fuertes del PSOE y persona de confianza de Pedro Sánchez, que ha dado galones a esta política zaragozana con experiencia en el ámbito educativo y universitario.
Pilar Alegría nació en La Zaida, en la provincia de Zaragoza, en 1977. Se licenció en Magisterio en la Universidad de Zaragoza, especializándose en Educación Primaria y ampliando con un Máster Universitario en Estudios Avanzados en Educación Social por la Universidad Complutense de Madrid, informa Moncloa en su página web.
Su salto a la política
Su carrera de representación política comenzó en 2008, año en el que fue elegida diputada por Zaragoza para el Congreso de los Diputados. Alegría mantuvo el puesto hasta 2015 con rumbo a la política autonómica para ejercer como consejera de Innovación, Investigación y Universidad en el Gobierno de Aragón.
Tras los cuatro años de mandato, Alegría se presentó como candidata a la alcaldía de Zaragoza con el PSOE en 2019. Sus resultados fueron buenos: fue la candidata más votada y aumentó los concejales de 6 a 10, pero no fue suficiente para conseguir la alcaldía. A pesar de ser la lista más votada, el popular Jorge Azcón se hizo con el poder gracias al apoyo de los concejales de Ciudadanos.
Su llegada al Consejo de Ministros
Alegría ejerció como portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza hasta que el Gobierno le hizo el primero de sus encargos: su nombramiento como delegada del Gobierno en la ciudad zaragozana en febrero de 2020. Un año después, llegó el segundo: su nombramiento como ministra de Educación y Formación Profesional en julio de 2021.
Ya en ese cargo, Alegría fue ganando en peso dentro del PSOE, convirtiéndose en 2022 la portavoz de la Comisión Ejecutiva Federal del partido, un cargo desde el que la zaragozana se hizo la cara visible de su formación fuera de las Cortes y el Gobierno.
Con la celebración de las elecciones generales en julio de 2023, Alegría fue la cabeza de lista del PSOE por Zaragoza y obtuvo un escaño en el Congreso de los Diputados ocho años después. Tras la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, Pedro Sánchez le tuvo reservado un nuevo servicio a la causa socialista: entrar en la comisión negociadora con el resto de partidos políticos para conseguir su investidura como presidente del Gobierno.
Tras contribuir a que esta investidura tuviese lugar, Pedro Sánchez ha recompensado a la zaragozana con su permanencia en el Consejo de Ministros, en el que ahora ejercerá como portavoz. Por lo tanto, tal y como hicieron María Jesús Montero e Isabel Rodríguez, será la cara visible del Ejecutivo dos veces por semana ante los medios de comunicación y todos los ciudadanos.
Su labor no será nada fácil: le espera ser la portavoz oficial de un Gobierno que ahora mismo se enfrenta a un ambiente de altísima presión por los acuerdos con ERC y Junts para la investidura de Sánchez y probablemente sea una de las políticas que tenga que dar la cara por la ley de amnistía cuando se tramite de forma definitiva.
En cuanto a su función como ministra, Alegría tendrá que encarar diferentes desafíos: supervisar la renovación de la Federación Española de Fútbol (RFEF) tras el escándalo Rubiales y la coordinación para la celebración del Mundial de fútbol en 2030, promover el aumento de mujeres en puestos directivos de las federaciones nacionales, reducir las ratios por alumno en las escuelas o aprobar un nuevo modelo de prueba de acceso a la universidad (la EBAU).