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Por qué es tan importante llegar al polo sur de la Luna para países como India, Rusia, EEUU o China

Imagen de Chandrayaan 3 tras su aterrizaje en la Luna. / ISRO

En la última semana, dos misiones espaciales han competido por ser las primeras en aterrizar en el polo sur de la Luna. La primera de ellas, llevada a cabo por la agencia espacial rusa, Roscomos, fracasó el pasado domingo, ya que la nave espacial Luna-25 se estrelló contra la superficie del satélite; la segunda, a manos de la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO), culminó con éxito su aterrizaje, con la nave Chandrayaan 3 sobre suelo firme este mismo miércoles. De esta forma, India se ha convertido en la cuarta nación del mundo (junto con EE UU, Rusia y China) en marcar su presencia en la Luna, así como la primera en hacerlo en la cara sur del cuerpo celeste.

El polo sur de la Luna es, desde hace años, un lugar codiciado por las grandes potencias. De hecho, estos no han sido los primeros intentos en colonizar este territorio (la propia India trató sin éxito de hacerlo en 2019 con la nave Chandrayaan 2, pero perdió comunicación antes de tocar suelo). Tampoco serán los últimos, puesto que para los próximos años hay misiones programadas tanto por la NASA como por la a Administración Espacial Nacional de China (CNSA), entre otros.

¿Por qué existe tanto interés en lograr esta misión? Según resume David Barrado, profesor de Investigación Astrofísica en el Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), a través de un artículo publicado en The Conversation, la Luna suscita intereses logísticos, científicos, comerciales y, como no, políticos.

Agua en la Luna

"Los planes de distintas potencias espaciales incluyen a nuestro satélite como estación de tránsito hacia Marte y los asteroides. El planeta rojo es el de más fácil acceso y en muchos aspectos es el más parecido a la Tierra. Por su parte, algunos asteroides, muy numerosos y en algunos casos de órbitas cercanas, tienen gran riqueza en minerales estratégicos. Pero además, la Luna tiene un interés intrínseco, tanto desde el punto de vista científico –a veces olvidado– como comercial", explica Barrado.

Más allá de la riqueza que podría albergar el subsuelo de la Luna, con materiales como aluminio, hierro o titanio, el elemento que más interés suscita es el agua. Y es que existen ingentes cantidades de agua en forma de hielo ubicadas en el polo sur, las cuales serían necesarias en caso de que se pretendiesen instalar allí bases humanas. Esto se traduce en oxígeno para poder respirar, agua para poder hidratar e hidrógeno que convertir en combustible. Sería, por tanto, la primera garantía para hacer habitable el satélite.

En este sentido, la misión Chandrayaan 3 tiene varios objetivos. El primero, aterrizar con éxito ya se ha cumplido; ahora queda por delante una labor de investigación que durará un día lunar (unas dos semanas) y que tratará de comprender las propiedades térmicas y físicas de la superficie lunar en el lugar en el que ha alunizado.

Aspecto del Chandrayaan 3. / ISRO

Al respecto, desde la Organización de Investigación Espacial de la India detallaban lo siguiente:

"Los principales experimentos científicos planificados una vez que el módulo de aterrizaje aterrice con éxito en la Luna incluyen el estudio de las vibraciones en la superficie lunar debido a eventos sísmicos y/o debido al impacto de meteoritos, el movimiento del rover, el entorno de plasma cercano a la superficie, temperatura y conductividad térmica hasta una profundidad de 10 centímetros, la composición elemental dentro y alrededor del lugar de aterrizaje y firmas espectrales de la Tierra desde la órbita lunar".

La misión será, por lo tanto, la primera fase de una larga carrera internacional por tratar de ser el primero en instalar bases en suelo lunar (siempre y cuando las condiciones lunares lo permitan).

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