Actualidad

Argentina llega en estado de shock a unas elecciones claves para decidir su futuro económico

  • Massa apuesta por seguir por el camino actual con un poco más de ortodoxia
  • Larreta y Bullrich apuestan por la liberalización, pero discrepan sobre la velocidad
  • Milei propone un plan radical de reformas libertarias y privatizaciones
Un hombre disfrazado de pato espera a un mitin de Patricia Bullrich. Foto: Reuters

Ya han empezado las dos jornadas de reflexión que Argentina reserva antes de unas elecciones. Y mucha reflexión van a necesitar sus ciudadanos, que llegan en estado de shock a la que en la práctica es la primera vuelta de los comicios para renovar la presidencia, la mitad del Congreso y un tercio del Senado. Una serie de asesinatos brutales han acaparado la atención de los medios y han obligado a los candidatos a suspender el cierre de campaña. El resultado es que la que se presentaba como una elección clave entre tres modelos económicos muy distintos va a celebrarse en un ambiente muy enrarecido y de consecuencias imposibles de aventurar.

Lo que se celebra este domingo son oficialmente unas primarias. Pero el hecho de que sean "simultáneas, abiertas y obligatorias", es decir, que todos los partidos tengan que competir en ellas y que todos los ciudadanos tengan que votar, las convierte en una 'primera vuelta' que deja clara la posición en la que llegan los partidos a las elecciones generales 'reales' de octubre. Un dato que despejará muchas dudas después de un año en el que tres partidos se han disputado la condición de favoritos.

En teoría, estas elecciones eran el momento decisivo para elegir qué senda económica seguiría el país. Por un lado, Unión por la Patria, la coalición peronista que gobierna en este momento, promete más de lo mismo, quizá con un toque más de ortodoxia económica ante la necesidad de atraer más inversión. La principal gran coalición opositora, Juntos por el Cambio, liderada por el centro-derecha pero con partidos de centro-izquierda en posiciones clave, apuesta por levantar las principales restricciones económicas y abrirse más al mercado. Y el Partido Libertario, la principal novedad de las elecciones, apuesta por un giro radical, con el objetivo de dolarizar al país y eliminar regulaciones, ayudas e impuestos a mansalva.

Sin embargo, las últimas jornadas de campaña han estado marcadas por dos asesinatos a manos de ladrones en la provincia de Buenos Aires, gobernada por el peronismo. Primero, una niña de 11 años murió después de que dos personas en moto la arrastraran por el suelo y la golpearan en la cabeza para robarle su mochila. Y con las campañas ya suspendidas y el país conmocionado, un médico fue tiroteado en la puerta de su casa, también en la provincia bonaerense, para robarle el coche. Dos eventos que pueden cambiar el foco de los votantes de forma radical.

Los principales candidatos

Desde Unión por la Patria el candidato casi decidido es Sergio Massa, el 'superministro' de Economía. Massa, que fue jefe de Gabinete de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, formó su propio partido y rivalizó contra ella en 2013 y 2015, aunque acabó volviendo a la casa peronista en 2019, primero como presidente del Congreso y después como ministro, como solución de emergencia después de que el presidente, Alberto Fernández, y la actual vicepresidenta Kirchner se enfrentaran por el ministerio de Economía. Desde allí, Massa lleva un año haciendo equilibrios para cumplir con las exigencias del FMI de recortar el gasto público y frenar la emisión de dinero, que ha llevado a la inflación a superar de largo el 100% anual, sin exacerbar la crisis económica que sufre el país, especialmente después de que una sequía histórica golpeara de lleno a la agricultura, principal fuente de divisas. Técnicamente, Massa se enfrenta en las primarias al líder sindical Juan Grabois, un candidato más bien simbólico por el que nadie da un duro, pero que quiere evitar que el nombramiento de Massa sea una coronación.

Donde sí hay una primaria de verdad, y donde se concentra la emoción de esta semana, es en Juntos por el Cambio. Por un lado está el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que sucedió al anterior líder de la coalición y presidente, Mauricio Macri, al frente del principal bastión antiperonista del país y que ahora quiere seguir sus pasos también hacia la Casa Rosada. Su rival es Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad (Interior) con Macri, que puede verse reforzada ante los recientes sucesos violentos.

En ambos casos, su programa apunta por seguir las recetas de Macri, con una liberalización del mercado de divisas frente al 'cepo cambiario' peronista, que limita la cantidad de dólares que puede comprar cada persona y que ha creado una docena de tipos de cambio distintos, algunos legales y otros ilegales, que pueden hacer a un no experto volverse loco. Su plan también incluye cumplir más de cerca el contenido del acuerdo con el FMI para intentar frenar la inflación desbocada, el principal problema al que se enfrenta Argentina. Pero mientras que Larreta se presenta como más moderado, proponiendo un "gradualismo" en al implementación de sus medidas, Bullrich apuesta por ser más radical e intentar acelerar todos los cambios posibles en sus primeros meses de mandato. "La diferencia entre ellos no es el qué, es el cómo", según resume Macri.

Finalmente, la gran novedad es Javier Milei, el candidato único de los libertarios, que ofrece un programa rupturista absoluto. Su plan es reducir el Gobierno a "tres objetivos principales: Justicia, Defensa y Seguridad; y dos subsidiarios: Sanidad y Educación", según reza su programa. Para ello, privatizaría todo lo que no se incluya en estos sectores, eliminaría funcionarios a mansalva, recortaría el gasto público de forma masiva y reduciría las pensiones públicas a su mínima expresión. También aboga por la privatización parcial de hospitales, prisiones y colegios. Finalmente, mandaría al Ejército a controlar la seguridad del país y liberalizaría la tenencia de armas. Sin embargo, no sería tan liberal con el aborto, al que propone volver a prohibir.

Pelea de tres... o dos más uno

Además de resolver la batalla decisiva entre Larreta y Bullrich, la principal clave de estas elecciones será saber en qué posición se encuentran los tres grandes partidos. A principios de año, las encuestas apuntaban a un triple empate en torno a un 25%, pero en las últimas semanas, Unión por la Patria y Juntos por el Cambio se han distanciado hacia el 30%, mientras que Milei ha ido cayendo hacia el 20% tras una serie de tropiezos y escándalos.

Pese a ello, las encuestas en Argentina suelen fallar más que acertar, y hace cuatro años los mercados sufrieron un ataque de pánico, con caídas de más del 30% en la bolsa y en la cotización del peso, después de que el peronismo batiera todas las expectativas y sumara un 47%, suficiente para garantizarse la victoria electoral el octubre, como así fue. Lo más probable es que haya alguna sorpresa este domingo, pero nadie sabe aún quién será el beneficiado.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky