Economía

El 'superministro' de Economía de Argentina promete reducir el déficit al 2,5% para frenar la inflación disparada

  • Ha prometido dejar de financiarse con dinero del banco central
  • Reducirá subsidios y anuncia préstamos internacionales, aunque sin dar detalles
Sergio Massa. Foto: Reuters

El miércoles por la noche, Sergio Massa tomó posesión como 'superministro' de Economía, Producción y Agricultura de Argentina. Aunque insistió en que "no soy súper nada, ni mago, ni salvador", Massa es la única oportunidad que le queda al Gobierno de Alberto Fernández para evitar la implosión económica de Argentina. Por el momento, el nuevo ministro presentó su hoja de ruta con medidas para evitar una suspensión de pagos o que la inflación ronde el 90%, como ya empiezan a temer algunos organismos. Su punto clave: cumplir a rajatabla el acuerdo con el FMI que firmó su predecesor, Martín Guzmán, y que requiere limitar el déficit del Gobierno al 2,5% este año.

Una de las principales causas de la inflación galopante que vive el país desde hace décadas es que, ante la escasa confianza que suscita el país en los mercados internacionales, el Gobierno suele financiarse no con la emisión de bonos, sino con la emisión de dinero del Banco Central. En lo que va de año, el BCRA ha 'creado' dinero por valor de más de 600.000 millones de pesos (unos 4.500 millones de euros al cambio oficial), lo que ha contribuido a acelerar la subida de precios. Por el momento, Massa ha prometido no financiarse más con la 'máquina de imprimir dinero', y ha ordenado devolver un último ingreso de 10.000 millones de pesos. Según el pacto con el FMI, aún podía emitir el equivalente de 1.000 millones de dólares más, pero Massa quiere dejar claro que va a ir más allá del mínimo acordado.

En su lugar, el 'superministro' intentará pedir créditos, y adelantó que ya está negociando tres con bancos extranjeros y uno con un fondo soberano de un país sin determinar. "La magia no existe", dijo Massa sin rodeos a los periodistas. "Tenemos que enfrentar la inflación con determinación".

Como forma de recortar gastos, habrá una reducción de los subsidios que el Estado ofrece al consumo de gas o electricidad. "Casi cuatro millones de hogares argentinos no solicitaron mantener el subsidio", celebró, "y entre los 9 millones que sí solicitaron el subsidio, vamos a promover el ahorro por consumo". Para ello, limitarán las ayudas a la electricidad a 400kw/h por vivienda, y de forma similar para el gas. Los subsidios generalizados e ilimitados, que los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner se habían negado a recortar, incentivaban el consumo de electricidad y, en su mayoría, no discriminaban por renta, ayudando más a los más ricos, que gastaban más energía.

Por último, el flamante ministro prometió conseguir más dólares para las reservas del país, ofreciendo "tasas de cambio atractivas" a los agricultores y ganaderos, dos de las principales industrias exportadoras de Argentina y principales fuentes de divisas. Aun así, quiso dejar claro que "no habrá devaluación", pese a que el tipo oficial esté sobrevalorado, ya que "los shocks devaluatorios lo único que producen es pobreza y una enorme transferencia de recursos".

Dudas entre los analistas

Los expertos acogieron con interés sus promesas, pero creen que el problema es la falta de concreción, especialmente grave para un país (y un partido, el Peronista) que se ha caracterizado por su caótica gestión en las últimas décadas. Para Adriana Dupita, economista latinoamericana, "dejar de usar la emisión de dinero para financiar al Gobierno es una promesa audaz, pero el ministro no trazó un camino creíble para llegar allí. Sin un plan detallado para reducir el déficit, somos escépticos de cualquier compromiso".

Los inversores creen que Massa necesita entrar en la letra pequeña para calmar las preocupaciones del mercado. "El discurso de Massa tuvo un fuerte componente político y algunos componentes aspiracionales, pero fue débil en los aspectos técnicos que demandaba el mercado", dijo Jorge Piedrahita, socio gerente de Gear Capital Partners en Nueva York, en declaraciones a Bloomberg.

Uno de los problemas es que no está claro cómo Massa pretende reducir el déficit y al mismo tiempo dar una 'paguilla' compensatoria a los jubilados la próxima semana, ni cómo va a abanderar una "recuperación de ingresos" para los trabajadores del sector privado con salarios bajos. "A pesar del compromiso de no recurrir al financiamiento adicional del banco central, las medidas hacen poco para apuntalar la credibilidad fiscal, por lo que sigue sin existir un ancla fiscal", dijo Ramiro Blázquez, jefe de estrategia de BancTrust en Buenos Aires. "En resumen, los detalles de implementación siguen siendo escasos".

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