Valencia
La gala para desvelar una de las listas más prestigiosas de la gastronomía mundial, The World's 50 Best Restaurants, ha vuelto a dejar claro la envidiable salud de la alta cocina española y el ascenso imparable de los nuevos chefs procedentes de Latinoamérica. El acto celebrado en Valencia situó a la cabeza de los 50 mejores restaurantes al peruano Central, el único que fue capaz de superar a los tres establecimientos españoles en una votación realizada por 1.080 personas, entre ellas los propios chefs, hosteleros, periodistas y gastrónomos reconocidos.
Finalmente, el resultado de este codiciado ranking ha sido continuista, ya que Central, el restaurante de Lima del matrimonio formado tras los fogones por Virgilio Martínez y Pía León, había quedado detrás del danés Geranium el año pasado.
Su exótica apuesta por la recuperación de ingredientes indígenas ligados a los ecosistemas de su Perú natal era uno de los favoritos, tras el retiro del ganador de 2022 a lo que se conoce como Salón de la Fama, junto a otros nueve establecimientos que se consideran fuera de categoría y no compiten, que incluye leyendas como los catalanes El Bulli y El Celler de Can Roca, el Noma de Copenhague o el italiano Osteria Francescana.
Precisamente uno de los herederos directos de la tradición culinaria y la experimentación de El Bulli, Disfrutar, apunta a ser uno de los próximos elegidos. El establecimiento en Barcelona de los chefs Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, discípulos de Ferran Adrià, ya se sitúo el año pasado en el podio como tercero y este año ha logrado escalar otro puesto y rozar el cielo.
Un ascenso muy similar al protagonizado por otra de las caras más populares de la creación gastronómica española y uno de los más perseguidos en la gala, el madrileño Dabiz Muñoz, que sigue su imparable consolidación entre los cocineros internacionales. Su Diverxo, una referencia obligada en Madrid, también asciende de la cuarta a la tercera posición.
Además, el restaurante madrileño se llevó otro de los grandes premios que se repartieron en la gala en el Palau de Les Arts de Valencia, con el reconocimiento como mejor sumiller del mundo a Miguel Ángel Millán con The Beronia World's Best Sommelier Award.
Completa la terna española en lo más alto de la restauración mundial el Asador Etxebarri, otro representante de la larga tradición de chefs que brotan del País Vasco, enraizados con una materia prima indiscutible y la búsqueda de nuevas recetas. El caserío en la pequeña población de Axpe en un valle del interior de Vizcaya que dirige Bittor Arginzoniz, tras haber descendido al sexto puesto, en esta ocasión asciende al cuarto.
Otros dos clásicos de la cocina vasca también se mantienen entre los 50 mejores restaurantes del mundo: Elkano de Aitor Arregi en Getaria ocupa el puesto 22, mientras que Mugaritz del chef Andoni Luis Aduriz en San Sebastián se encuentra en el 31. Precisamente el veterano chef vasco vio reconocida su trayectoria en la gala de Valencia con el premio Icon Award.
Junto a ellos, el valenciano Quique Dacosta con su restaurante en Denia protagoniza uno de los ascensos más fulgurantes al pasar del 42 al puesto número 20 en un solo año.
¿Cuánto cuestan?
La lista supone un importante reclamo para estos grandes trasatlánticos del turismo gastronómico más glamuroso. Para degustar los menús de los cuatro primeros restaurantes de la lista hay que pagar entre 255 y 365 euros por persona, sin incluir las bebidas ni las opciones de maridaje de vinos, que normalmente suponen llegar a duplicar esos precios. Además el pago por adelantado es lo más habitual.
El Central de Lima ofrece cuatro posibilidades con entre 12 y 14 platos o alturas en su viaje culinario que van de 1.045 a 1.250 soles peruanos (264 y 315 euros al cambio).
Disfrutar también permite elegir entre dos opciones de menú por 255 euros, uno con sus grandes clásicos y otro de temporada, además de la mesa viva, una alternativa a mesa completa que parte de 350 euros, pero depende del número de comensales. Si uno quiere permitirse el lujo de degustarlo sin acompañantes se dispara hasta 1.000 euros.
En la parte alta se coloca también el menú de Diverxo, que con sus 365 euros desató una polémica viral hace unos meses por su subida en plena ola inflacionista desde los 250 euros. Por su parte, el cubierto en una mesa del Asador Etxebarri se sitúa en 265 euros.
