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Lanzar polvo desde la Luna, la última solución para salvar a la Tierra del calentamiento global

  • Reduciría la luz solar que llega al planeta
Vista de la Tierra desde la Luna. Foto: Dreamstime

Hace mucho que el cambio climático y sus consecuencias dejaron de ser un futurible para convertirse en una realidad. El 2022 fue el año más caluroso y uno de los más secos de la historia, con prolongadas e intensas olas de calor, pero también estuvo marcado por fuertes lluvias, como las sumergieron a Pakistán en una crisis humanitaria sin precedentes. Y todo apunta a que las catástrofes naturales solo van a ir a más los próximos años si no se toman medidas para evitar que la Tierra siga calentándose. Entre las posibles soluciones que se han puesto sobre la mesa recientemente, destaca una: lanzar polvo al espacio desde la superficie de la Luna para dar sombra y enfriar el planeta.

En concreto, lo que propone el equipo de científicos de la Universidad de Utah es arrojar una gran cantidad de polvo hacia el primer punto Lagrange, uno de los cincos sitios en los que el tirón gravitatorio del Sol y el planeta azul se anularse mutuamente, lo que permitiría que las motas no se muevan y formen una capa que bloquee la luz solar. Para reducir en un 1,8% la radiación que llega a la Tierra, los investigadores calculan que sería necesario lanzar 10.000 millones de kilogramos de polvo al año.

Otra opción sería utilizar directamente polvo extraído del suelo lunar. Estas partículas son bastante eficaces a la hora de desviar la luz procedente del Sol y, además, agiliza mucho todo el proceso, ya que quitaría de la ecuación el tener que trasladar el polvo desde la Tierra a la Luna, señala Benjamin Bromley, uno de los miembros del equipo, en la revista PLOS Climate.

Aunque el proyecto es prometedor, lo cierto es que su viabilidad es bastante reducida. Para empezar, todavía no existe ni la tecnología necesaria para extraer semejante cantidad de polvo y ni el sistema de lanzamiento que habría que instalar en la Luna. Según Aaron Tang, investigador en la Universidad Nacional de Australia, pasarían décadas antes de que ambos estuvieran listos y llegarían demasiado tarde, dado que el problema al que se enfrenta la humanidad requiere una respuesta inmediata. A esto se suman, además, la cuestión de si extraer partículas del suelo lunar es legal y el hecho de que harían falta ingentes cantidades de energía para llevar hasta el primer punto Lagrange.

No es la primera vez que se ponen sobre la mesa medidas basadas en la tecnología para frenar el avance del cambio climático. También se ha propuesto construir un parasol que se extienda a lo largo de miles de kilómetros o liberar aerosoles a la atmósfera que contribuyan a la formación de nubes que reduzcan la radiación solar que llega al planeta azul. Sin embargo, tanto Tang como Alan Robock, científico del clima de la Universidad de Rutgers, coinciden en que la solución "no está en las estrellas", sino "delante de nosotros" y es "mucho más sencilla, segura y barata": "dejar los combustibles fósiles en el suelo y hacer funcionar el mundo con energía solar y eólica", publica Smithsonian Magazine.

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