
Según los expertos de la The Economist Intelligence Unite, división de análisis de la revista británica, la calidad de vida en 2022 todavía no ha vuelto al nivel de aquella de la que se gozaba antes del coronavirus. Aunque las consecuencias más directas de la pandemia ya no existan en muchos países, la crisis energética y la inflación, así como la inestabilidad política internacional, perjudican a la calidad de vida.
Con respecto a aquellas urbes que representan la parte más baja del ranking en calidad de vida, estas se mantienen estables con respecto a 2021, aunque han experimentado una mejor puntuación gracias al alivio de las restricciones sanitarias, vigentes desde 2020 por la covid-19.
Problemas estructurales
Aspectos de profundo calado como el terrorismo, la guerra y otros tipos de violencia persisten en las ciudades que ocupan los más altos escalafones de este poco prestigioso ranking.
Así, las 10 ciudades que se sitúan en la cima del ranking por peor calidad de vida son: Damasco (Siria), Lagos (Nigeria), Típoli (Libia), Argel (Argelia), Karachi (Pakistán), Puerto Moresby (Papúa Nueva Guinea), Daca (Bangladesh), Harare (Zimbabue), Duala (Camerún) y Teherán (Irán).
La lista, que mide de la mejor ciudad a la peor para vivir, se compone de 172 países (siendo estos desde el número 163 hasta el 172). Esta mide 30 variables para puntuar las distintas urbes, que a su vez se dividen en temáticas: estabilidad, salud, cultura, medio ambiente, educación e infraestructuras.
Madrid, una de las que más empeoran
Madrid es una de las ciudades que más perjudicada se ha visto en el último año, de acuerdo con el informe de The Economist. Ha pasado del puesto 19 al 43 en el último año, lo que supone caer 24 puestos en la lista. Además, ninguna otra ciudad española se encuentra entre las 10 primeras.
El ranking, elaborado entre febrero y marzo de 2022, incluye los efectos de la guerra en Ucrania y las consecuencias para las libertades civiles en ciudades rusas, así como el efecto de las sanciones occidentales. Los mismos expertos británicos también añaden que los precios de la energía y los alimentos seguirán castigando a Europa durante todo el año 2022.
"Incluso allí donde la estabilidad no está amenazada, la crisis sobre el coste de la vida frenará la inversión en infraestructuras de sanidad y educación, así como el gasto de los consumidores que sustentan la vida cultural", comentaban los expertos.
Una pesimista advertencia
Yendo más allá de la elaboración del ranking y de los comentarios sobre la información que este arroja, en The Economist han preparado un conjunto de advertencias para los próximos meses. Y es que no solo proseguirán los problemas de abastecimiento y la inflación, sino que aseguran que el coronavirus regresará con fuerza a finales de año.
En este caso, los países más pobres y menos vacunados serán nuevamente los más afectados, mientras que en los más ricos y avanzados las restricciones parciales dañarán la vida social y la economía. Además, desde la revista británica creen que China mantendrá su política covid-cero hasta finales de año.
"Nuestra hipótesis principal es que una nueva variante provocará una ola mundial de casos a finales de este año, pero que no será más agresiva que la Delta ni resultará resistente a las vacunas actuales", afirman en The Economist.