La hasta ahora ministra de Exteriores británica, Liz Truss, ha salido vencedora de las primarias celebradas en el seno del Partido Conservador para elegir al sustituto de su actual líder, Boris Johnson, por lo que se convertirá en la nueva primera ministra de Reino Unido.
Truss se ha impuesto en la votación final -abierta a toda la militancia y que concluyó el viernes- al exministro de Finanzas Rishi Sunak por una amplia ventaja: ha logrado 81.326 votos, frente a los 60.399 obtenidos por su rival directo.
Tras la confirmación de su victoria, Truss se convertirá formalmente en primera ministra el martes, cuando viaje a Balmoral para verse con la reina Isabel II. Se completará entonces el proceso de renovación anunciado por Johnson en su discurso de dimisión del 7 de julio.
Tras certificarse su abultada victoria, que ya adelantaban los sondeos, Truss ha prometido "gobernar como una conservadora" y cumplir su compromiso de bajar impuestos, resolver la crisis energética y arreglar la sanidad pública. "Hice campaña como conservadora y gobernaré como conservadora. Cumpliré con la bajada de impuestos, con la crisis de la energía (...) y con el NHS (sistema público de sanidad)", ha dicho.
Truss ha tenido palabras de reconocimiento para su predecesor, el dimisionario Boris Johnson, a quien ha calificado de "amigo": "Boris, culminaste el Brexit, aplastaste a (el exlíder laborista Jeremy) Corbyn, desplegaste la vacuna, y plantaste cara a (el presidente ruso, Vladimir) Putin", ha dicho, ante el aplauso de sus correligionarios.
Con la consigna clara, que ha repetido en varias ocasiones a lo largo de su alocución, de "cumplir" con sus promesas, la nueva líder tory ha asegurado que dará a conocer un "plan valiente para bajar impuestos y hacer crecer la economía".
También se ha comprometido a obtener resultados contra la crisis energética "lidiando con las facturas de la gente, pero también con los problemas a largo plazo con el suministro". Y ha cerrado sus palabras garantizando que llevará al Partido Conservador a una "gran victoria" en las elecciones generales previstas para 2024.
Reino Unido ya tiene nueva primera ministra tras la dramática salida de un Johnson que ha estado meses en la cuerda floja hasta que su propio gabinete conspiró en su contra. Truss afronta retos cruciales como una ciudadanía británica abierta en canal por la crisis del coste de la vida y con frentes abiertos en la relación con la Unión Europea tras consumarse el Brexit.
El mercado parecía tener descontada la elección de Truss. La libra, que en las últimas horas se sumergía bajo los 1,15 dólares, bajando a niveles de 1985, apenas remontaba unas décimas para volver a esa marca tras conocerse la designación de Truss. Poco después ha vuelto a caer de los 1,149 dólares. En la bolsa, el selectivo Ftse 100 retrocede un 0,5% tras haber caído más de un 1% durante la mañana. El rendimiento de los bonos soberanos a dos años ha superado el 3,2%, su nivel más alto desde la crisis financiera mundial de 2008.
Receta económica
A corto plazo, la atención sobre Truss se centrará en el estímulo fiscal que pretende desencadenar y en cómo reaccionarán los mercados. Las dos áreas clave en las que se centrará en los primeros días de su mandato serán la crisis del coste de la vida y qué piensa hacer exactamente para suavizar el golpe a los hogares británicos.
La conservadora ha anunciado recortes de impuestos y se espera que adopte un enfoque más específico para los pagos de ayuda a los hogares más vulnerables. Cualquiera que sea la ayuda que se ofrezca, seguramente se verá respondidas por nuevas subidas de tipos del Banco de Inglaterra (BoE) en su intento de controlar la inflación, especialmente con las últimas previsiones de Goldman que hablan de un pico de inflación del 20%.
"Es probable que Truss esté menos interesada en equilibrar las cuentas del país de lo que hubiera estado el excanciller Sunak, y es probable que los tipos de interés aumenten aún más durante su mandato", avisa Frederique Carrier, jefe de estrategia de inversión de RBC Wealth Management.
El segundo punto de atención será el Brexit y, en concreto, el proyecto de ley del Protocolo de Irlanda del Norte, del que es una gran defensora. Esto podría permitir al Reino Unido anular secciones del acuerdo acordado con la UE en 2019. Esto, a su vez, podría llevar a una suspensión por parte de la UE del acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE, con las obvias implicaciones para la economía británica.
Truss, de 47 años, nació en la ciudad inglesa de Oxford, en el seno de una familia que ella misma ha descrito como de izquierdas. En su etapa universitaria, comenzó ya su activismo político, con una inclinación inicial hacia el Partido Liberal Demócrata. Fue entonces cuando sus simpatías cambiaron hacia el Partido Conservador, aunque inicialmente su carrera profesional no derivó a la política sino a la empresa privada, como contable.
Tercera mujer en Downing Street
La política británica saltó con los aires con el Brexit, al que Truss se opuso durante la campaña abiertamente. Cuando ya se confirmó que Reino Unido saldría de la UE, se esforzó por defender las oportunidades que suponía este divorcio.
Con Boris Johnson ya como primer ministro, en el año 2019, asumió la responsabilidad del Comercio Internacional dentro del gabinete y dos años más tarde fue nombrada ministra de Exteriores, en un momento clave por los múltiples frentes abiertos.
Su ascenso final le llega a los 47 años de edad y con el reto no solo de ampliar el nivel de apoyo del que parece gozar entre las bases de su partido -gracias a las cuales ha logrado imponerse en las primarias 'tories' a Rishi Sunak-, sino también de demostrar que es capaz de ganar elecciones.
Los sondeos dibujan una tendencia a la baja en la intención de voto del Partido Conservador y, pese a las constantes críticas que le han llovido a Johnson en los últimos meses por los sucesivos escándalos, Truss siempre ha estado a su lado sin alzar la voz.
Será la tercera mujer en residir en Downing Street, después de Margaret Thatcher (1979-1990) y Theresa May (2016-2019), las tres miembros del mismo partido.