Elon Musk quiere hacer de la contienda por conquistar el espacio una cruzada por salvar al planeta de las consecuencias del cambio climático. El CEO de Tesla se ha propuesto extraer el dióxido de carbono de la atmósfera terrestre y utilizarlo como combustible para los cohetes de SpaceX. Una curiosa forma de aplicar la Regla de las Tres Erres (Reducir, Reutilizar y Reciclar).
El hombre más rico del mundo, y Persona del Año según la revista Time, ha hecho público su proyecto a través de su red social predilecta, Twitter. En el mensaje colgado en su cuenta oficial, Musk asegura también que el uso de los gases de efecto invernadero será clave para impulsar los viajes tripulados por humanos a Marte, como el que espera que tenga lugar en 2026.
SpaceX is starting a program to take CO2 out of atmosphere & turn it into rocket fuel. Please join if interested.
— Elon Musk (@elonmusk) December 13, 2021
No hay visos de que la sustitución del combustible convencional por el dióxido de carbono reutilizado vaya a producirse en un futuro cercano. Esto se debe a que la fabricación de este tipo de combustible requiere de una tecnología, la captura directa de aire (DAC, por sus siglas en inglés), que se encuentra en sus primeras fases de desarrollo. En la actualidad, la mayor planta de DAC del mundo se encuentra en Islandia y está diseñada para extraer 4.000 toneladas de gases de efecto invernadero al año.
Hasta que ese proyecto vea la luz, los cohete Falcon 9 de SpaceX seguirán alimentándose de queroseno, un combustible que emite numerosas sustancias químicas a la atmósfera, entre ellas dióxido de carbono, al quemarse, según informa The Guardian.
Más de 8.200 millones de dólares en impuestos
En apenas seis semanas, Elon Musk ha vendido casi 13.000 millones de dólares en acciones y esto puede desembocar en que pague la mayor cuota fiscal de la historia de Estados Unidos. En caso de aplicarse el tipo impositivo federal más alto, del 37%, Musk tendría que pagar más de 8.200 millones de dólares en impuestos, según los cálculos de la revista Forbes.
Una factura que podría incrementarse aún más si California, estado donde residió hasta 2020, decide gravar al CEO de Tesla por lo que ganó antes de mudarse a Texas. Asimismo, puede que tenga que pagar el impuesto sobre los ingresos netos de inversión, que asciende al 3,8%. Entre impuestos estatales y federales, la cifra a pagar por Musk podría llegar a multiplicarse por dos, hasta rondar los 16.500 millones de dólares.
Esta cifra que contrasta con la de años anteriores. Si bien es cierto que el fundador de SpaceX pagó 455 millones de dólares en impuestos federales sobre la renta entre 2014 y 2018, las subvenciones, incentivos gubernamentales y descuentos que han recibido sus empresas han permitido a Musk reducir considerablemente el importe a pagar.