
En plena adaptación de las compañías de delivery en España a raíz de la nueva 'ley rider', la que aglutina mayor cuota de mercado ha salido al paso para probar un nuevo modelo de reparto. A través de robots y sin personas que transporten el paquete, Glovo ya ha pedido permiso al Ayuntamiento de Madrid con el fin de testar su nueva herramienta que circularía por las calles como si de un coche teledirigido se tratase.
Domingo, no le apetece cocinar y solicita un envío de comida a su casa. Pasados 25 minutos, a su timbre no llama un repartidor como ha venido sucediendo en los últimos años si no que es un pequeño robot que se ha recorrido las calles por su cuenta con el control desde una oficina remota. Este es el nuevo sistema que va a testar Glovo, con el fin de conocer cuál puede ser su implantación real en un futuro a corto plazo.
Todo gracias a la asociación con Goggo Network, una empresa de vehículos autónomos, que ha visto en la nueva normativa de Madrid para facilitar el desarrollo de estos coches inteligentes su oportunidad de relanzar un coche teledirigido que lleve paquetes de puerta en puerta.
Así serán las pruebas del robot de reparto
Para ello ya se ha pensado en un terreno del barrio de Villaverde, donde estos robots podrían probar su utilidad de una forma más cómoda a como se haría en zonas más céntricas. Unas máquinas que tan solo miden 79 centímetros de alto, pesan 40 kilos y avanzan a 5 kilómetros por hora, por lo que podrían integrarse, a priori, con facilidad entre los peatones.
"No hay plan de negocio diseñado. Esto es un experimento que nos permitirá comprobar la viabilidad de este tipo de reparto", han señalado desde Glovo dejando así clara la idea de que, por ahora, estos robots no llegan para sustituir a sus riders. Además, con estos test la empresa española se pone a la altura de Amazon, quien ya prueba estos vehículos autónomos desde hace unos meses en Estados Unidos... aunque, eso sí, con una inversión e infraestructuras mayores.
De esta forma, el futuro del delivery va dando sus primeros pasos en España, que eso sí aún tiene mucho camino por recorrer. De momento una idea, quién sabe si en unos pocos años será un coche teledirigido el que llame a la puerta como si de una película futurista se tratase.