La diputada del Parlamento Europeo utiliza la lectura para vivir a través de las emociones de personajes desconocidos. Aunque son muchas las obras que le han enseñado o divertido a lo largo de su vida, en esta selección se decanta por 'El proceso español', de Juan Milián, 'Los puentes de Madison County', de Robert Janes Wallet, y 'El tiempo entre costuras', de María Dueñas. Según cuenta Montserrat, mediante sus páginas el lector podrá comprender una realidad actual; soñar, y recordar quién es y hacia dónde se dirige.
La literatura, como la música, el cine y el arte, tiene la capacidad de hacernos vivir, soñar, sentir. Elegir los libros que más me han interesado o influido a lo largo de mi vida no es una tarea sencilla. Son muchos los que me han enseñado, me han cambiado, fortalecido o divertido. De ellos, propongo al lector tres obras: un ensayo político con el que comprender la realidad que nos está tocando vivir; una novela atemporal, con la que soñar y volar; y otra novela con la que sentir y recordar quienes fuimos y adónde vamos.
El ensayo político es El proceso español (2021), de mi gran amigo, el ensayista y politólogo Juan Milián. Ambos vivimos el proceso independentista en primera persona, él como diputado en el Parlamento de Cataluña y yo como diputada nacional y luego ministra. Milián se sirve de esta experiencia para trazar paralelismos entre las estrategias políticas de aquel nacionalismo y las del actual Gobierno de Pedro Sánchez.
El autor disecciona los populismos que afectan a nuestro país: el sacrificio de la verdad, el uso indebido de las instituciones públicas y la fractura social promovida desde el poder político. Advierte, con acierto, de las posibles consecuencias de esta manera de hacer y entender la política y ofrece una alternativa liberal para fortalecer la democracia y evitar la decadencia. Este libro es, sin duda, ese libro que Pedro Sánchez no quisiera que nos leyéramos y, precisamente por eso, yo lo recomiendo.
El libro que propongo para soñar es la novela de Robert James Waller, Los puentes de Madison (1992). Habla del amor efímero y a la vez eterno. Porque es posible y compatible amar cuatro días y no olvidarlo en toda una vida. Como el primer amor o el amor de verano. Llega sin avisar y se va, pero la huella que deja es imborrable.
A pesar de la tristeza que produce la despedida o la falta de valentía para cambiar y tomar decisiones, la novela nos enseña que esos cuatro días merecen una vida entera. Quien tiene la fortuna de vivir un amor así y es capaz de estar dispuesto a pagar el precio por ello habrá aprovechado hasta el último aliento de su vida.
Finalmente propongo al lector una novela para sentir -junto a Sira Quiroga- en El tiempo entre costuras (2009), de María Dueñas. El mensaje que trasmite sobre la necesidad de afrontar con valentía y decisión los problemas que nos plantea la vida o la importancia de cultivar el coraje y la humildad para reconocer los errores y crecer personalmente a partir de ellos me parecen importantes lecciones de vida.
Junto a ello, la descripción de la España de la Guerra Civil contada desde la visión de una adolescente, ajena a los vaivenes políticos, que termina en el Tetuán español empujada al espionaje –no por convicción sino por necesidad– muestra una realidad de nuestra historia reciente menos contada.
Desde pequeña mis padres me enseñaron la idea de que la libertad personal va asociada a la independencia, que no es otra cosa que eso que hoy se llama empoderamiento femenino
Desde pequeña mis padres me enseñaron la idea de que la libertad personal va asociada a la independencia, que no es otra cosa que eso que hoy se llama empoderamiento femenino y que lleva décadas enseñándose a generaciones de españolas como yo. De esto va también la novela, de afrontar nuestra vida con valentía, sin dependencias.
Durante el verano tenemos más tiempo para relajarnos, estar en familia, disfrutar con amigos. Pero también es tiempo de leer, sentir, soñar. En definitiva, para volar de nuestra vida diaria y descubrir personajes, países y amores extraños. Los libros nos transportan a mundos maravillosos, inalcanzables, a veces, irreales, pero no por ello menos emocionantes, ¡descubrámoslos!