
A lo largo de 2021, los diferentes aparatos electrónicos más habituales de cualquier hogar están cambiando su apariencia en toda la Unión Europea para adaptarse a las medidas de protección medioambiental. Lavadoras, neumáticos o televisores ya lo han hecho en un turno que este 1 de septiembre llega a las fuentes de iluminación. Con las lámparas y bombillas como pilares, la forma de conocer su eficiencia a la hora de una compra cambia para siempre, con el respectivo ahorro que supondrá para millones de españoles.
El clásico 'A++' que se veía en muchos aparatos eléctricos continua diciendo adiós por sus pésimas características y los problemas que había generado a fabricantes y usuarios. Indicador de cuándo un producto es lo más eficiente posible, este etiquetado se había quedado anticuado ante las novedades que surgen cada año en materia tecnológica.
Por ello, a lo largo de este 2021, la UE está introduciendo las nuevas pegatinas que dejan de ir desde ese 'A++' hasta la 'D', para dar lugar a una clasificación que va desde la 'A' (la destinada a los más eficientes energéticamente hablando) hasta la 'G' (los que menos). Esta vez introduciéndose en lámparas y bombillas, este cambio simplifica las categorías y servirá para ayudar a los consumidores a elegir productos más eficientes.
Así, como ya ha pasado con televisores, neveras o lavadoras, por el momento no habrá ninguna etiqueta que refleje la categoría 'A' ya que está reservada para futuras tecnologías. De la misma forma, habrá muy pocas 'B', siendo la pegatina 'D' la más común.
El proyecto Label 2020 busca reducir el coste en energía
Una modificación enmarcada en el proyecto Label 2020 de la UE que pretende conseguir un mayor ahorro energético, pues estimula a fabricantes y consumidores a buscar los mejores productos y con mejor rendimiento. Además, esta medida llega en España en medio de plena ola de subida del precio de la luz por lo que será de vital ayuda para reducir el consumo y el coste en los hogares españoles.
Tal y como asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el ahorro será significativo puesto que cerca del 12% del consumo eléctrico de una vivienda se dedica a la iluminación. Así pues, con este cambio se potencia la compra de bombillas LED que aunque son más caras en un primer momento, reducen el coste a largo plazo y pueden durar hasta 20 años.