Este lunes ha entrado en vigor el nuevo etiquetado energético para electrodomésticos que cambia el modo de clasificación de nuestros aparatos, así como amplía la información que deben llevar para ser más transparentes de cara al consumidor.
¿Cuáles son las nuevas clases energéticas?
Uno de los cambios más importantes de las etiquetas energéticas es la modificación en la tabla de clases energéticas, que según informa la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), también serán obligatorias en todos los países de la Unión Europea y se basa en un índice de eficiencia energética (EEI) que tiene en cuenta el consumo anual de energía y el consumo en cada programa.
Se prescinde de una clasificación que iba de la A+++ a la D y se pasa a una nueva clasificación que va de la A (la destinada a los más eficientes energéticamente hablando) a la G (los que menos). Es un proceso de simplificación pero también de claridad: se pretende ilustrar con mayor eficacia qué electrodomésticos son más eficientes.
Se descarta que los electrodomésticos con la antigua calificación más alta (A+++) pasen a la actual A. De hecho, toda esa categoría y buena parte de la B estarán prácticamente desiertas, ya que se reservan para dispositivos que, en el futuro, presenten innovaciones tecnológicas que los hagan merecedores de ellas.
Estas clases nacen con una fecha de caducidad, aunque indeterminada: la Unión Europea las cambiará cuando el 30% de los electrodomésticos tengan una calificación A o el 50% tenga una calificación A o B. En ese momento se modificará el sistema para volver a hacerlo útil.
¿Cómo serán las nuevas etiquetas energéticas?
Por lo tanto, estas clases energéticas nuevas serán una parte importante de la nueva etiqueta energética de los electrodomésticos, pero no la única. Junto a ellas, aparecerán varios pictogramas que representarán la capacidad de carga, la duración en minutos de los ciclos, el consumo de agua, la clase de eficiencia del centrifugado, el ruido del centrifugado y clase de emisión de este ruido.
Además, las etiquetas deberán llevar un código QR en el que el fabricante incluya toda la información necesaria que no aparezca en dicha etiqueta pero sea importante para que el consumidor conozca las características del electrodoméstico que compra.
Estas etiquetas son ya obligatorias para lavadoras, secalavadoras, lavavajillas, frigoríficos, pantallas y televisores después de que desde noviembre de 2020 ya se debían mostrar las dos etiquetas (la antigua y la nueva). En septiembre de 2021 se amplía la obligación de etiquetas para bombillas y lámparas y a partir de 2022 se hará lo propio con aires acondicionados y secadoras.
