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Cuáles son las propiedades curativas de la pimienta negra

Foto: iStock

La pimienta negra es el fruto de una planta con el mismo nombre que puede alcanzar hasta los cuatro metros de altura. La pimienta negra es uno de los frutos —utilizado más bien como especia— más empleados en todo el mundo. La piperita, que es el compuesto que se encuentra en la piel y la semilla del fruto, otorga ese sabor picante y es la responsable de la mayoría de efectos positivos para la salud.

En la cáscara también se encuentran los terpenos, unos compuestos olorosos que le dan su característico aroma. En cuanto a los tipos de pimienta existentes, más allá de la pimienta negra, destaca la pimienta verde (a partir de los granos sin madurar) o la pimienta blanca, procedente de los granos maduros a los que se les quita la cáscara y que, por tanto, son menos picantes y tienen menos aroma.

Beneficios

La pimienta lleva usándose desde hace siglos como remedio y tratamiento de enfermedades, debido a sus propiedades antibacterianas, antioxidantes, antiinflamatorias y digestivas. Si nos centramos en sus nutrientes, es rica en fibra, vitaminas A, B3, B6 y E, así como en minerales como el hierro, el calcio y el potasio. Así, entre sus beneficios destaca:

  • Mejora de la digestión y la absorción de nutrientes.
  • Retrasa el envejecimiento.
  • Mantiene los niveles de colesterol y de azúcar en sangre.
  • Mejora la memoria y previene de enfermedades neurodegenerativas.
  • Reduce la inflamación.
  • Estimula la pigmentación de la piel.
  • Combate gripes y resfriados.

Contraindicaciones

Si bien, aunque se trata de una especia con múltiples beneficios para la salud, la realidad es que se trata de un alimento muy irritante, por lo que se desaconseja en personas con úlcera gástrica, reflujo, dispepsia, acidez, enfermedad inflamatoria intestinal o enfermedad de Crohn, entre otras, puesto que el aumento de secreciones gástricas podría empeorar síntomas.

A pesar de que esta especia puede incorporarse fácilmente en pescados, carnes, guisos o sopas, entre otros muchos. Lo ideal es consumirla directamente con el fin de aprovechar al máximo sus beneficios, por ejemplo, masticando uno o dos granos al día si se tiene una buena tolerancia al picante. Sin embargo, también puede tomarse en cápsulas o infusiones.

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