
Un mes más, ahora con los datos de julio, asistimos al triunfalismo torticero del loro parque ministerial, sobre los datos del paro registrado y la creación de empleo. Y un mes mas tenemos que discrepar puntualizando que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia y que los datos oficiales del SEPE tienen más trampas y cocina que las encuestas del CIS de Tezanos. Empezando porque el descenso en 1.357 parados en el mes de julio con respecto a junio es de sólo un 0,06% en valores relativos. Una bajada del paro muy inferior al del año anterior en que el desempleo en julio bajó en 10.830 personas en relación al mes anterior, mientras que en términos desestacionalizados, el paro registrado baja en 188 personas. Y eso en un mes donde se deberían incrementar las contrataciones de temporada y producirse una caída significativamente mayor del desempleo.
Añadir a esto que el total de personas que al final de julio no estaban ocupadas (desempleadas o paradas) se elevó a 2.977.462 trabajadores incluyendo los parados registrados los 367.024 "con disposición limitada" y los 205.832 que figuran en el apartado de "otros no ocupados". Y como es habitual no se han sumado los 13.772 afectados en ERTES, ni los 736.528. fijos discontinuos por lo que el total de parados reales supera los 3,67millones de personas. Pero con ser esto relevante, lo más significativo y preocupante son los datos de contratación. De acuerdo con las cifras del SEPE el número total de contratos registrados en julio ha sido de 1.588.983 lo que supone un aumento de 67.467 (4,43%) sobre el mismo mes del año 2024, al tiempo que la contratación acumulada en los siete primeros meses de 2025 llegaba a 9.034.369, lo que supone 79.302 contratos más (0,89%) que en igual periodo del año anterior. Es decir que, como refleja el último informe del Gabinete de Estudios de USO, se han realizado más contratos que hace un año y sin embargo el desempleo se reduce en una cuantía 8 veces inferior a la que se produjo en julio de 2024. Nos lo expliquen.
En julio de 2025 se han registrado 609.964 contratos de trabajo de carácter indefinido, representan el 38,39% de todos los contratos lo que supone un aumento de 20.957 (3,56%) sobre igual mes del año anterior. En magnitudes acumuladas, se han realizado 3.756.777 contratos por tiempo indefinido hasta julio, representando un descenso de 70.409 (-1,84%) sobre el mismo periodo de 2024. Se está frenando la contratación. Y si hablamos de la contratación indefinida vemos que sólo el 38% de los contratos indefinidos lo son a tiempo completo con un descenso de 2.189 (-0,93%), lo de tiempo parcial aumentan en 22.786 (16,91%) y los fijos discontinuos han ascendido en 360 (0,16%). Sube la contratación indefinida a tiempo parcial y como explican desde el Gabinete de Estudios de USO "jornadas parciales implican salarios parciales". Al tiempo que se preguntan ¿cómo es posible que, realizándose esta cantidad de contratos – más de 1,55 millones- no disminuya notablemente el número de parados?". Lo cierto es que este volumen de contratación no absorbe las demandas de empleo, porque se están produciendo en la práctica más rescisiones de contratos que altas se producen.
Eso, además de que se han realizado más contratos indefinidos que personas los han suscrito. En concreto, 33.983 trabajadores han sido objeto de más de un contrato indefinido. Son contratos que están implementado el pluriempleo y tiene que ver con el incremento de la contratación a tiempo parcial, o bien, con rescisiones de contratos y realización de una nueva contratación. Como venimos reiterando la rotación en el empleo ha llegado a la contratación indefinida que está dejando de ser sinónimo de tener y mantener un empleo estable. Rotación que reflejan también los datos de afiliación a la Seguridad Social que registra 21.865.503 afiliados con un aumento mensual de 4.408. Pero lo sorprendente es que para conseguir este incremento anual de la afiliación han sido necesarios 15.499.406 contratos, esto supone una media de 32,6 contratos por afiliado al año. La variación anual relativa de la afiliación es la más baja de la década, con excepción del año 2020 marcado por la pandemia. Conclusión: tenemos un mercado laboral en recesión y contaminado por la precariedad y la temporalidad. Así de cierto y así de claro.