
La amnesia se impone a corto plazo para las bolsas, que olvidan que el castigo bursátil de la semana anterior fue la peor en más de dos años para Wall Street y el castigo más duro para las bolsas europeas desde el Brexit. Los principales índices de EEUU recuperan alrededor de un 6%, después la corrección del 10% desde máximos de enero, pero la entrada de capitales al mercado está siendo un 20% inferior a los días de hundimiento. l El Ibex 35 acelera más del 1% y supera los 9.800 puntos pese a los nuevos máximos del euro
La culpa de los estrepitosos descensos fue de la inflación, pero cuando en esta semana se ha confirmado el alza de los precios en consumo y producción el mercado ha apostado por la recuperación. Si el fondo no ha cambiado esta semana, en la anterior tampoco había muchas diferencias respecto a las pasadas. La preocupación por unos precios descontrolados arrastró al alza el interés de la deuda soberana, anticipando un endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales.
Estos temores ya llevan en el mercado desde hace meses, con los inversores en alerta ante la posibilidad de que las subidas de tipos y la retirada de estímulos tensionen el mercado de bonos soberanos. Esta semana se están dando los condicionantes para que se cumplan las teorías más pesimistas: la rentabilidad del bono del Tesoro a diez años de EEUU se sitúa cómodamente alrededor del 2,9% y el dólar cotiza en mínimos de 2014 frente al euro, hundiéndose también respecto al resto de pares, añadiendo más presión inflacionista a medio plazo.
Sin embargo, a pesar de todo ello la bolsa de EEUU apunta a su sexta jornada de subidas consecutivas para seguir recuperando más de un 6% desde los mínimos de la semana pasada. El escenario es confuso para muchos inversores, lo único claro es que la volatilidad ha vuelto y está provocando movimientos salvajes.
Teorías para explicar las caídas
"Si eres alcista, el mercado está respondiendo bien, pero si eres bajista, estás empezando a dudar", indica Jim Paulsen, estratega de inversiones en jefe de la firma de investigación Leuthold Group a The Wall Street Journal. La pregunta clave es si estamos ante un rebote momentáneo o el escenario favorable para las bolsas se mantiene en el tiempo.
Hay teorías para todos los gustos. Los movimientos del mercado en estas dos semanas tendrían sentido si se considera como una corrección de exceso de valoración por la sucesión de máximos en la bolsa estadounidense. Esta corrección habría ajustado la relación entre precio y ganancias empresariales, pero el crecimiento económico y los resultados apoyan la nueva subida de la renta variable. La preocupación por el repunte de la inflación se habría salido de madre y la reacción alcista ante la mejora macro sería sana y normal.
"El fondo del mercado está más fuerte que nunca", indica Craig Hodges, gerente de cartera de Hodges Funds, pero advierte que la volatilidad volverá a repuntar y las próximas ventas serán una clara señala de compra.
Para muchos entraremos en una bipolaridad del mercado. "Ahora estamos en risk on, pero mañana estaremos en risk off", señala François Bourdon, director general de inversiones de Fiera Capital, para explicar el sentimiento del mercado que pasa de apetito por el riesgo a fuerte animadversióny una huida de los inversores.
Nuevas caídas en marzo
No es el único. Nader Naeimi, de AMP Investors Capital, cree que las caídas no han terminado: "El plan es comprar en el segundo tramo, generalmente lo mejor es esperar a que los mercados construyan una base antes de comprometerse fuertemente con el lado de la compra... A medida que vayamos acercándonos a la reunión de la Fed del 9 de marzo, creo que habrá más debilidad y volatilidad potencial".
Según se acerque la fecha se podrían repetir los episodios de la semana pasada, con un aumento en renta variable y en la rentabilidad de la deuda que desate otro gran zarpazo en los mercados. La esquizofrenia del mercado también se observa en la cifras: en enero entraron más 100.000 millones de dólares de fondos en la bolsa mundial. Algunos medios estadounidenses describieron a la bolsa de EEUU como un mercado melt-up, donde los inversores entran sin tomar preocupaciones y sin tener en cuenta valoraciones ni fundamentales.
Mientras, en febrero, en la semana del desplome, salieron del mercado 30.600 millones de dólares, la mayor fuga desde 2004. Pero en esta semana el sentimiento de los inversores ha vuelto a cambiar radicalmente. Según la encuesta de American Association of Individual Investors, los pequeños inversores están alcistas para un periodo de doce meses en un 49% tras aumentar doce puntos básicos. Y la salida de fondos se ha reducido a 7.200 millones, desde los 22.900 millones de dólares de la semana anterior.
Más atracción por el riesgo
Otra señal es que los valores tecnológicos están recuperando el atractivo. Desde mínimos de la semana pasada han subido casi un 9%, frente al 4% de sectores como las utilities, lo que indica que las posiciones abiertas sobre activos de mayor riesgo están aumentando.
Y todo ello sucediendo lo que todo el mundo en principio temía, que la inflación remontara. La lectura del mercado es que la inflación responde al fuerte crecimiento y no significa el fin del mundo, con la expansión económica descarrilando por culpa de los bancos centrales, reflexiona Tim Rudderow, director de inversiones de Mount Lucas Management.
Hasta el repunte de la rentabilidad de la deuda estadounidense con el bono a diez años amenazando superar el 3% está dejando de ser un problema. Leo Grohowski, director de inversiones de BNY Mellon Wealth Management, dice que es asumible por el mercado, "siempre que la razón por la que está llegando a este nivel sea por la percepción de crecimiento económico saludable y de ganancias corporativas".
Sin embargo, una teoría habitual dice que el aumento de rendimiento de la deuda soberana de alta calidad provoca una salida de capital de la renta variable a renta fija, buscando un beneficio más conservador. Deutsche Bank advierte que las correlaciones promedio entre el S&P 500, el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años, el euro y el petróleo son las más altas de los últimos cuatro años.
Estos indicadores explican que las posiciones en liquidez han subido, y más inversores están observando los cambios de precios desde el margen. Los volúmenes de negociación desde el 9 de febrero han sido un 20% más bajos que desde el 2 de febrero hasta el 8 de febrero, cuando el S&P 500 y Dow Jones de Industriales cayeron a mínimos.
"El mercado se ha recuperado demasiado rápido, y corremos el peligro de ver otra corrección", indica Kenny Polcari, director general de O'Neil Securities.
Al analista le preocupa que el tesoro supere el 3% y explica que si sucede iría en línea con que la Reserva Federal eleve los intereses en cuatro ocasiones en lugar de tres. Sería una mala noticia para las acciones porque las empresas se enfrentarían a mayores costos de endeudamiento con un repunte en los bonos corporativos.