
Uno de los emblemas de la crisis de la burbuja inmobiliaria en Valencia, los terrenos sobre los que se sitúa la mayoría del antiguo circuito de Fórmula 1 junto a La Marina de la ciudad, ya tiene un nuevo proyecto en firme con el respaldo del Ayuntamiento. El proyecto contempla crear un nuevo barrio con 3.204 viviendas y curar la cicatriz urbana que desde que se celebró el último Gran Premio en 2012 separa dos de las grandes joyas de la ciudad, los Jardines del Turia del antiguo cauce desde la Ciudad de las Artes y la propia Marina y las playas urbanas del norte.
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, fue la propia encargada de presentar el proyecto presentado por el agente urbanizador, una sociedad formada por el grupo inversor Atitlan de Roberto Centeno y Aritza Rodero con el fondo inmobiliario Hayfin como gran socio inversor.
Como agente urbanizador y dueño de la mayoría de suelo, la sociedad conjunta prevé invertir más de 150 millones de euros a las obras de urbanización que además de las nuevas calles e infraestructuras necesarias incluirán zonas verdes y equipamientos sociales.
El proyecto urbanístico contempla en total una actuación sobre 380.000 metros cuadrados que actualmente son solares donde en parte de ellos se ha instalado un poblado de chabolas entre la zona portuaria y los barrios de Moreras y Nazaret.

El nuevo PAI prevé el desarrollo de suelo para 3.204 viviendas en total, de las que 708 serán de protección pública. Todos esos nuevos edificios, con más de 30 plantas, no serán construidos por el urbanizador, aunque Atitlan y Hayfin poseen la mayor bolsa de suelo, la que albergaba los antiguos depósitos de CLH cerca del puerto. Esos terrenos protagonizaron en su día la operación con el m2 de suelo más caro de la ciudad al ser traspasado por 300 millones de euros a una sociedad denominada Acinelav, que quebró con la crisis de la burbuja y tras un largo proceso los fondos asumieron los terrenos.
Precisamente uno de los motivos de que el PAI del Grao fuese denominado por la propia Catalá como una patata caliente era que en su día tanto la Generalitat como el Ayuntamiento habían realizado las obras del trazado del circuito con la condición de que los urbanizadores de esa zona asumieran la mitad de los 89 millones de euros de coste. Finalmente fueron las administraciones públicas las que se comieron los costes.
El plan incluye 160.000 m2 que serán para espacios verdes, especialmente un parque de 16 hectáreas que debe vertebrar la conexión desde el antiguo cauce del Turia de casi 8 kilómetros con la parte final y la fachada marítima.
Además contará con 95.000 m2 de suelo terciario que según la alcaldesa permitirá completar el hub de innovación en torno a La Marina y al que el Ayuntamiento ha dado rango oficial aprobando beneficios fiscales como la bonificación del ICIO a la empresas tecnológicas o innovadoras que se instalen.
Puentes y dinero para el túnel de Serrería
Entre las infraestructuras, se incluye un puente que conectará Moreras y Nazaret con el Grau y el resto de la ciudad; dos depósitos de tormentas con capacidad para más de 6.000 m³, que contendrán las aguas contaminantes en episodios de fuertes lluvias y ofrecerán protección y seguridad hidrológica al barrio; así como la conexión de la avenida de Francia y La Alameda hacia la fachada marítima.
Como gesto la empresas se compromete a una aportación de 5,9 millones de euros para la financiación del soterramiento de las vías de tren de la zona de Serrería, una obra que enfrenta a Ayuntamiento y Gobierno central. Ese importe es una parte mínima de los cerca de 100 millones en que se estima el coste, aunque al no haber ni siquiera proyecto el coste es meramente orientativo.
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