Aunque la atención se la lleve el hub de descarbonización que forman QEV y Btech, el titular de la antigua fábrica de Nissan en Barcelona es la inmobiliaria australiana Goodman. La operadora es el arrendatario oficial de la instalación y aunque subalquiló parte del espacio al proyecto industrial su foco está en desarrollar el resto de metros cuadrados para inquilinos logísticos. La compañía espera alcanzar los primeros acuerdos para 2024 y para ello ha contratado a Savills y CBRE para que lleven la comercialización del inmueble.
Así lo explicó este martes Ignacio García Cuenca, country manager de la compañía, que asistió a la feria Barcelona New Economy Week. El dirigente señaló que espera cerrar los diferentes contratos a lo largo del año que viene con entre tres y cinco clientes en lo que definió como el mejor proyecto logístico "del sur de Europa".
Goodman prepara un desarrollo logístico de doble altura, como los que ya opera en las localidades de Molins de Rei y Castellbisbal (Barcelona), con varias naves que puedan funcionar de manera independiente.
Goodman no descarta centros de datos o clientes industriales
Ya se le acercaron potenciales inquilinos industriales o del sector del e-commerce; principalmente para hacer logística con periodos breves en almacén, el llamado cross docking, o envíos de última milla. No obstante, la organización no descarta reservar espacio para instalar algún centro de datos, si hay interés en el mercado.
De este modo, los nuevos clientes entrarían como tarde a comienzos de 2025 a los 144.000 metros cuadrados con los que contará la instalación. Por ello, CBRE y Savills arrancarán en las próximas semanas con el proceso de comercialización del inmueble. "Buscaremos proyectos que miren a medio y largo plazo y no contratos de dos años", especificó García Cuenca.
Antes Goodman está inmersa en la separación y actualización de los terrenos, en los que sus inquilinos deberán convivir con el fabricante de motos Silence y el centro técnico de Nissan. Los trabajos se centran en habilitar las diferentes entradas independientes y ultimar los permisos necesarios para poner en marcha el grueso de la obra.