La incesante escala del euríbor está provocando cambios significativos en el mercado hipotecario español. Uno de ellos es el cada vez son más las personas que buscan alternativas para mejorar o cambiar las condiciones de su préstamo y ahorrarse algo de dinero. De hecho, España es el tercer país de Europa donde se realizan más subrogaciones o novaciones de hipoteca, solo por detrás de Irlanda y Eslovenia, según datos de iAhorro. La plataforma online cifra en un 35% el porcentaje de hipotecas que sufrieron modificaciones durante el año 2022, ocho puntos más que en 2021.
Del total, un 19% de los cambios consistieron en la novación y el 16% restante de la subrogación. La primera operación consiste en cambiar las condiciones del préstamo tras llegar a un acuerdo con el mismo banco donde está contratado. Con la subrogación, por su parte, también se puede realizar ese cambio de condiciones, pero trasladando el préstamo a otra entidad bancaria.
"La mayoría de las personas que quieren cambiar las condiciones de su hipoteca para mejorarlas piden, de primeras, una subrogación, pero las entidades prefieren las cancelaciones, es decir, cancelar la hipoteca existente y abrir una nueva con otras condiciones", explica Simone Colombelli, director de Hipotecas del iAhorro, que añade que uno de los motivos es que "la cancelación de la hipoteca es un trámite más caro para el usuario, ya que tiene que empezar de cero todo el procedimiento, pero el banco también gana más".
En cuanto al mercado hipotecario del Viejo Continente, Irlanda lidera el porcentaje total de cambios, con un incremento del 44% (39% novaciones y 5% subrogaciones). Le sigue Eslovenia con un aumento del 41% (33% novaciones y 8% subrogaciones). A la cola en el ranking están Alemania (15%), Chipre (15%) o Austria (13%), donde la hipoteca tiene mucho menos peso que el alquiler por las dificultades que en estos países conlleva la propia concesión del préstamo. Hay que señalar que además de los mencionados países, en otros no existe la figura de la subrogación como tal, por lo que este tipo de operaciones no pueden realizarse.
Si nos fijamos en la evolución de los cambios por años, vemos que España ha pasado de ocupar el quinto lugar en el ranking tanto en 2020 (30%) como en 2021 (27%), a posicionarse ahora en tercera posición, adelantando tanto a Francia como a Malta. Además, en lo que a cambios se refiere, pese a que el año 2021 nuestro país experimentó un pequeño bajón de tres puntos porcentuales sobre el total de hipotecas respecto a 2020, en 2022 subió ocho puntos, en parte condicionados por la subida del euríbor y el encarecimiento de las hipotecas a tipo variable.
En España, el principal objetivo del cambio es ahorrar. De hecho, desde el comparador hipotecario explican que este cambio de mentalidad es "relativamente reciente" y ha ido a más en el momento en el que el euríbor comenzó su escalada -abril de 2022-, momento en el que el índice de referencia de las hipotecas variables volvió a valores positivos tras pasar más de seis años en negativo.
En los cambios de hipoteca influye mucho el porcentaje de viviendas en propiedad que hay en cada país. En los últimos lugares de la lista, y muy por debajo de España (76,20%), se sitúan precisamente, a Alemania (51,1%) y Austria (55,2%), que no llegan ni siquiera al 60% de viviendas en propiedad. En el tercer lugar por la cola está Dinamarca (60,8%), seguida de Suecia (63,60%) y Francia (64,10%).
Por el contrario, los mayores porcentajes los vemos en el este y en el sur de Europa: Rumanía (95,8%), Hungría (91,7%), Eslovaquia (90,9%) y Lituania (90,3%).
Entre 25 y 30 años
Es importante tener en cuenta el plazo de amortización que tienen las hipotecas en función de donde se contraten. Según afirma Simone Colombelli, "habitualmente, las hipotecas con duraciones más cortas tienden más a cancelarse y sustituirse por nuevas, mientras que las hipotecas con plazos de amortización más largos tienden más a ser modificadas".
Así, aunque existen diferencias entre países, la duración media de los préstamos hipotecarios en Europa se sitúa entre los 25 y los 30 años. Eso sí, este tiempo es más elevado en países como Malta, Portugal o Irlanda, donde puede llegar a los 40 años de media; o más reducido como en Grecia (15-20 años) o Francia (19 años).