
España revalida su posición como potencia proptech a nivel mundial. Un reciente estudio publicado por el colectivo de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) en Cataluña y Deloitte vuelve a situarnos como el segundo país que más inversión atrajo en el intervalo 2020-2021, con 824 millones de euros.
La distancia con Estados Unidos sigue siendo abismal. Su mercado proptech movió 5.889 millones de euros. Pero marcamos la estela a otros grandes referentes de la innovación y el emprendimiento, como son Reino Unido -con un volumen de inversión de 769 millones de euros- e India -742 millones de euros-.
El inmobiliario, que mostró cierta resistencia a la digitalización en épocas pasadas, parece que ha superado definitivamente sus recelos y apuesta por la innovación para construir un sector más fuerte, más estable y, sobre todo, más alineado con el contexto global, en el que empresas y ciudadanos quieren interactuar digitalmente.
Este escenario también se refleja en el número de empresas con base tecnológica que operan en el real estate español. Un total de 536 compañías, que nos posicionan en el podio europeo, en el que nos preceden Reino Unido, que registra 709 proptech y Alemania, con 609.
Las cifras pueden no ser espectaculares, pero su evolución sí es significativa. En España las primeras proptech arrancaron tímidamente entre 2008 y 2012. Si miramos diez años atrás, según la consultora JLL el número de empresas ha crecido un 300%, hasta superar en la actualidad las 500. Y todo ello con una pandemia de por medio que fue una auténtica prueba de resistencia, dada la lógica inmadurez de su actividad.
Grandes 'players' en el mercado
Somos un país con una gran tradición inmobiliaria no solo por la acogida entre la ciudadanía de la inversión en ladrillo, sino porque se ha afianzado una potente industria de la construcción con un destacado peso en la economía nacional. Esta fortaleza, unida al cada vez mayor dinamismo y apuesta por la innovación, ha servido como base para el crecimiento de grandes y exitosos players del sector proptech.
Buen ejemplo de ello es Clikalia. Con un modelo de negocio basado en la venta inmuebles, la plataforma batía records hace unos meses con una ronda de financiación que consiguió levantar 460 millones de euros. Otro iBuyer, Housfy, ha recibido apoyo inversor en seis ocasiones, captando en la última 30 millones en una ronda de serie B. Apenas hace una semana la italiana Casavo, con gran presencia en España, anunciaba el cierre una nueva ampliación de capital por valor de 100 millones de euros, que destinará a consolidar su posición en varios mercados, entre ellos, el nuestro.
Pero la compraventa de viviendas es solo una parte del negocio proptech español. El empleo de tecnologías basadas en big data, inteligencia artificial, realidad virtual, blockchain o sistemas P2P (peer-to-peer), entre muchas otras, ha permitido desarrollar multitud de propuestas que son un soplo de aire fresco para el sector y han impulsado su crecimiento y consolidación. Gestión de inmuebles, plataformas de alquiler, analítica de mercado, servicios de domótica, administración de comunidades, plataformas de crowdfunding…
Entre las 'proptech' al alza
Esta última actividad, el crowdfunding o financiación participativa, es probablemente uno de los segmentos de mayor recorrido dentro del universo proptech. Este modelo, basado en una inversión colaborativa en la que pequeños ahorradores se unen para dotar de viabilidad económica a proyectos inmobiliarios, emerge como un claro complemento a las restricciones, crecientes, de la financiación bancaria.
Debemos tener en cuenta que la financiación alternativa representa entre el 40 y el 60% del volumen total financiado en el inmobiliario de nuestros países vecinos. Solo tenemos que trasladar esa proporción a nuestro país. Si el crédito promotor anual en España asciende a 10.000 millones de euros, tenemos un gap de entre 4.000 y 5.000 millones en financiación alternativa. Teniendo en cuenta que actualmente hay 1,3 billones de euros en depósitos en España, y que el ladrillo se considera una inversión estable y segura por los pequeños ahorradores, es evidente que el crowdfunding podría llevarse una suculenta porción de la tarta.
Y esto no es simple especulación. La alta demanda con la que se cubren las oportunidades de inversión que ha lanzado Urbanitae en los últimos meses y el volumen financiado de los proyectos -muchos en torno a los 5 millones de euros, que es el ticket máximo permitido-, confirman que se mantiene el apetito inversor por los activos inmobiliarios.
En definitiva, todos los indicadores nos invitan a pensar que el proptech, en sus diferentes aspectos de negocio, se encuentra en una fase sana y de evolución ascendente, y que en lo que queda de 2022 seremos testigos de muchos movimientos. Pero, más allá, somos muchos los que opinamos que el proptech tiene un grandísimo potencial y que determinará el futuro del sector inmobiliario.