Airbnb se ha comprometido a acabar con las fiestas en los pisos que alquila en su web. Desde este jueves ha decretado la prohibición permanente de la celebración de estas en los apartamentos y afecta tanto a anfitriones que promocionen sus apartamentos para celebrarlas, como a los inquilinos que las organicen.
La compañía ha explicado que las consecuencias de infringir esta norma van "desde la suspensión de la cuenta hasta la eliminación total de la plataforma".
Antes de la pandemia se daban casos de grupos de personas alquilaban un piso o un chalet para llenarlos de gente y poner música a todo volumen, pero las denuncias y las quejas de los vecinos hicieron que la empresa pusiese una prohibición en 2019 de hacer "invitaciones abiertas" en las casas de Airbnb, es decir, que los huéspedes anunciasen en redes sociales una fiesta masiva.
Esta normativa se amplió en verano de 2020, en el contexto de la pandemia, para prohibir toda clase de fiestas, sea cual fuere el número de invitados.
Tras dos años de medida cautelar, la normativa se ha convertido en permanente, aunque con algunos cambios. En 2020 se limitó el aforo de huéspedes a 16 personas para prevenir festividades y limitar la transmisión del covid-19, una norma que se ha eliminado ahora. Ya no hay límite de inquilinos en las viviendas.
Según Airbnb, en 2021, más de 6.600 huéspedes de todo el mundo fueron suspendidos por intentar infringir la prohibición de fiestas.
Detectores de ruido en los pisos
Para asegurarse de que no se celebran fiestas, la empresa estadounidense desarrolla desde hace dos años un plan para instalar en los apartamentos de su web unos detectores de ruido que avisan al anfitrión si se supera un determinado nivel de sonido.
Airbnb también avisa de que todos los pisos que tengan instalado este sistema, deben comunicarlo en el anuncio de la web para que los visitantes estén al tanto.
Quejas de los vecinos
Para evitar problemas de denuncias por ruido, la empresa también tiene habilitado un sistema llamado Línea de Apoyo a Vecinos, un formulario de contacto para que los inquilinos de la zona puedan contactar con Airbnb en caso de que una casa de esta web acoja fiestas de manera reiterada o moleste al vecindario.
Tras su solicitud, un empleado de la compañía intentará devolverles la llamada en un plazo de una hora o menos para obtener más información sobre el problema, según detallan en la web.