
Airbnb echa el cierre en China. Desde que aterrizará en el país asiático en 2016, la plataforma ha registrado cerca de 25 millones de reservas, lo que supone alrededor del 1% de sus ingresos globales. Los competidores nacionales, la pandemia y las estrictas políticas de Pekín sobre nacional e internacional han hecho que se convierta en un segmento costoso y difícil de operar.
En una carta abierta publicada en la cuenta de WeChat de la compañía, Nathan Blecharczyk, cofundador y presidente de Airbnb en China, ha comunicado a los anfitriones del país que la plataforma retirará todos sus listados de viajes y experiencias nacionales a finales de julio debido a los "desafíos pandémicos". No obstante, Airbnb China mantendrá su oficina de Pekín, desde donde trabajará para consolidarse en el negocio del turismo emisor, según publica el Financial Times.
Airbnb se había centrado en China como uno de los principales mercados a conquistar. En 2017, la compañía llevó a cabo un cambio de marca -pasó a llamarse "Aibiying"- y puso al frente del negocio a Blecharczyk, en un intento por competir con los principales operadores locales, Tujia y Xiaozhu. En 2020, Tujia, el líder del sector, tenía cerca de 1,2 millones de propiedades en oferta en China, mientras que el catálogo de Airbnb contaba con unas 150.000 viviendas. Además, las grandes plataformas de reservas de viajes nacionales, como Ctrip, también han entrado en este segmento.
La pandemia tampoco ha ayudado. Los confinamientos han frenado drásticamente tanto los viajes nacionales como los transfronterizos de los ciudadanos chinos. Por su parte, los turistas extranjeros tienen prohibida la entrada al país.
A todo ello se suman las políticas del gobierno de Pekín, que han incrementado las trabas para la obtención o renovación de los pasaportes, provocando que el número de turistas chinos salientes haya disminuido. Aquellos que consiguen salir de China, están obligados a permanecer en cuarentena en hoteles especiales durante un máximo de cuatro semanas para entrar de nuevo al país.
Las acciones de la compañía han caído más de un 30% este año en medio del tsunami de caídas experimentado por las acciones tecnológicas. Pese a todo, todavía cotiza muy por encima de los 68 dólares, su precio de salida a bolsa en 2020.
Con esta decisión, Airbnb se une a una larga lista de empresas occidentales que abandonan China. En octubre del año pasado fue LinkedIn, propiedad de Microsoft. Previamente lo hizo Uber, que optó por vender todo su negocio en el país a Didi Chuxing, su principal rival, tras fracasar en su conquista del mercado chino.
África también se le resiste
En 2018, Airbnb tenía unos 130.000 anuncios en todo el continente en 2018, la mayoría en Sudáfrica. En cambio, solo en Londres había más de 80.000 propiedades listadas en mayo de 2019, según las autoridades de la ciudad.
Más que la falta de oferta o de demanda, la principal causa de esta situación es que los huéspedes y anfitriones de Airbnb no pueden utilizar el pago móvil en la plataforma. Se trata de un sistema cada vez más popular en el continente africano, donde hay más de 500 millones de cuentas registradas, según la Asociación del Sistema Global de Comunicaciones Móviles.
El vacío que no ha conseguido cubrir Airbnb pretende ocuparlo Bongalo, una plataforma de alquiler de viviendas que acepta pagos móviles. Lanzada en Camerún en 2017 como una compañía inmobiliaria, en 2019 se trasladó a Rwanda, donde se transformó para dar lugar a su modelo actual, según publica CNN.
Bongalo tiene más de 1.000 propiedades listadas en total en ambos países y más de 5.000 usuarios. El precio por una noche suele rondar los 40 dólares y las reservas se pueden realizar a través del sitio web de la empresa y próximamente en su app. La plataforma es especialmente popular entre los clientes de entre 25 y 35 años, añade. De cara al futuro, el objetivo de la plataforma es que la demanda aumente a medida que se levanten las restricciones a consecuencia de la pandemia.