Después de la euforia con que administraciones, empresarios y agentes sociales recibieron la creación de los fondos europeos Next Generation para la recuperación tras la pandemia, las empresas consideran que ejecutar en los plazos exigidos las inversiones puede convertirse en un auténtico problema. Y uno de los motivos fundamentales son las dificultades para encontrar mano de obra cualificada en algunos sectores para afrontar el ingente volumen previsto.
Unos problemas que afectan tanto a las empresas que tienen una vertiente más tecnológica, como el alicantino Verne Technology Group, como a grandes fabricantes industriales como Power Electronics, o firmas presentes en servicios y sectores más tradicionales, como Grupo Gimeno.
"Hay que ejecutarlo en dos y tres años y hay que hacerlo con personas. Hoy no tenemos técnicos, no encontramos electricistas, ni camareros, ni fontaneros, ni informáticos. Y tenemos que ejecutar los fondos en tres años", explicó el director general de Grupo Gimeno, José Luis Vilar, durante el encuentro El impacto de los fondos Next Generation EU en la Comunitat Valenciana, organizado por APD y Deloitte en Valencia .
En esa misma línea se pronunció el CEO de Verne, Gianni Cecchin, que trabaja en uno de los negocios con mayor escasez de mano de obra cualificada actualmente, el tecnológico. "Es necesario conseguir que las carreras Stem atraigan a más jóvenes", explicó. En su casa el grupo ha lanzado Verne Academy para ofrecer formación y que Cecchin resumió en que su sueño es "transformar camareros en informáticos". Según el directivos, para hacer factible la digitalización, "necesitamos que los profesionales sean digitales y formar al capital humano".
Más proyectos que capacidad de gente
Power Electronics, el fabricante de equipos energéticos que lidera uno de los proyectos presentados al Perte para el almacenamiento eléctrico, también reconoció que la captación de talento es uno de los posibles cuellos de botellas. "Hay más proyectos que capacidad de gente para ponerlos en marcha", reconoció su director financiero, Daniel Soler que también apuntó que la llegada de nuevas empresas de digitales a Valencia también supone un reto para lograr atraer y retener talento. "Por un lado la mayor competencia supone subidas de sueldos por la mayor demanda de ese personal cualificado. Pero también es una oportunidad para atraer talento de otros partes al convertirse en un destino más atractivo", resaltó.
El director general de Gimeno también destacó que para ejecutar los fondos son necesarios cambios regulatorios que debido a la burocracia puede que no cumplan los plazos. "Por ejemplo, para utilizar residuos a los que ahora se dan otros usos para producir energía", apuntó. Vilar comentó que "si todos sabemos que conseguir una licencia para una obra menor cuesta meses, hacer esto en semanas con la misma Administración para actuaciones de rehabilitación o energías renovables se antoja difícil". Por ello propuso que se plantee desde las administraciones delegar la gestión, "como pasó con los préstamos ICO" lanzados durante la crisis del Covid en que se realizaron a través de la banca.
En general las empresas valencianas consideraron que las exigencias de los Perte en algunos casos, como el proveedor textil Jeanología o el fabricante de plástico Erum, no casan con el tamaño de sus empresas. Además consideraron que siguen sin concretarse muchos aspectos después de meses y luego se pide una gran celeridad para presentar toda la documentación y ejecutarlo.
En el caso de Vicky Foods, el fabricante alimentario de Dulcesol, que participa en una de las propuestas valencianas al Perte agroalimentario, considera que el dinero previsto para todo el sector se quedará corto.