Transportes

Los medios de transporte que están por venir, ¿futuro o ciencia ficción?

La aplicación de la tecnología al transporte de pasajeros ha avanzado mucho en poco tiempo, pero parece que esos adelantos se van a quedar obsoletos con los que se aproximan y que ya se han empezado a mostrar, si bien, por el momento, tan sólo se tratan de proyectos a desarrollar. Descárguese aquí la revista elEconomista Transporte.

Los trenes de alta velocidad, capaces de desarrollar una velocidad de 350 kilómetros/hora o de superar la barrera de los 400 y 500 kilómetros, los vehículos eléctricos o de gas, e incluso los que no precisan conductor; los aviones con menos peso y una mayor eficacia y ahorro de combustible, o que pueden volar sin un piloto en su interior; los barcos teledirigidos... Pueden pasar a ser en breve una reliquia del pasado, como lo fueron en su momento las diligencias, los trenes a vapor, los barcos a vela, o los autos de gasógeno.

Las sorpresas que da la tecnología es enorme, y quién sabe si muy pronto los avances nos aproximarán más a aquellos transportes que se pueden ver en la películas de ciencia ficción, en las famosas Guerra de la Galaxias o Star Trek.

1. Hyperloop, de Madrid a Barcelona en 35 minutos

El año 2013 se presentó en California el proyecto de un nuevo tipo de tren capaz de llegar a desarrollar una velocidad de más de 1.000 kilómetros a la hora, circulando a través de un tubo de vacío. El Hyperloop es una idea del inventor Elon Musk, quien destaca que se trata de un transporte inmune al tiempo meteorológico, seguro, ya que nunca se estrellará, y con una velocidad superior al tren japonés Bala o al promedio de un avión.

El nuevo tren consiste en un tubo que contiene aire a una baja presión por el que unas cápsulas circulan sobre un colchón de aire desde el morro a la cola de la cápsula. El compresor proporciona levitación y, en menor grado, propulsión. El conjunto puede contar con dos tipos diferentes de cápsulas, unas con capacidad para 28 pasajeros y otras capaces de llevar tres vehículos, a una velocidad que puede llegar a los 1.200 kilómetros por hora. Puede realizar el trayecto entre Madrid y Barcelona, por ejemplo, en 35 minutos, lo mismo que entre las californianas San Francisco y Los Ángeles, donde Musk quiere que se construya su primer Hyperloop, y que esté funcionando a finales de 2018.

Definido como un transporte barato y eficaz, su construcción ya no es tan económica, pues se trata de una inversión de más de 7.000 millones de euros para una línea de más de 550 kilómetros.

2. Clip-Air, un avión tren o un tren por el cielo

La Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), ha presentado Clip-Air, un proyecto que consiste en el desarrollo de un tipo de aeronave que funcionará como un avión modular para pasajeros y carga. Para ello se dispone de tres cápsulas que pueden acoplarse debajo de una aeronave o instalado sobre vagones ferroviarios, permitiendo pasar de una forma flexible de una forma de transporte a otro. Un paso a favor de la tan necesitada interoperabilidad.

El objetivo no es otro que dotar al transporte aéreo de la flexibilidad del ferroviario, además de mejorar la tasa de ocupación. Los pasajeros embarcarían en una cápsula en una estación ferroviaria o marítima, y tras llegar a un aeropuerto, despegarían sin moverse de su asiento, por engancharse esos módulos a un ala voladora. La idea ha sido acogida con cierto interés, pero con gran escepticismo.

3. Combatir los atascos en las ciudades

Los chinos saben mejor que otros lo que es el atasco en la ciudad, no en balde son varios millones de ciudadanos los que habitan en las principales urbes del país, como Pekín, Shanghái, Nanjing... y por ello están preparando un transporte idóneo para combatirlos. Se trata del Transit Elevate Bus, una especie de tranvía que circula por encima de los atascos, como si se comiera a los vehículos a los que supera, capaz de llevar en su interior a más de 1.000 personas.

De hecho, parece que no es sólo un proyecto, sino que en la ciudad de Shanghái se quiere poner ya en marcha. Hay que recordar que esta urbe es pionera en el transporte moderno, con el funcionamiento de un tren de levitación, el Maglev, que va a más de 400 kilómetros por hora y que une el aeropuerto con el centro de la población.

El Transit es un gigantesco autobús que va montado sobre raíles, cuenta con una longitud de 21,9 metros, 4,8 metros de anchura y deja, al menos, 2,1 metros de espacio libre al suelo, por donde va sobrepasando a los vehículos. Su velocidad máxima es de 60 kilómetros a la hora. Evidentemente es un transporte para ser usado en amplias vías de circulación, y presentado en mayo de 2016, se espera que entre en funcionamiento antes del inicio de 2018.

4. Aprovechar la energía solar

Los fabricantes de automóviles buscan soluciones para huir de la gasolina, y para ello van saliendo al mercado los vehículos híbridos, los eléctricos con la electricidad como única fuerza motriz, los propulsores a gas..., y ahora se da una nueva vuelta a la tuerca; se da un paso más con automóviles que no van a precisar de un surtidor o de un enchufe, se trata de un vehículo que va a aprovechar, para sus movimientos, la fuerza del Sol.

El modelo, denominado Sion, responde a un proyecto de Tesla con Solarcity, que monta unos paneles solares en la estructura del vehículo. El modelo va a contar con varios tipos de forma de recarga; uno de ellos va a ser a través de paneles fotovoltaicos integrados en el coche, que consisten en células de silicio monocristalino, capaces de generar hasta 30 kms. de autonomía extra. El objetivo es poner este nuevo tipo en el año 2018 en el mercado, presentando una autonomía de entre 120 y 250 kilómetros, en función del modelo que se escoja, con un precio que va a rondar desde los 12.000, hasta algo más de 18.000 euros.

5. El taxi de la ciencia ficción: el Vahana

Los vehículos que aparecen en las novelas y películas de ciencia ficción, y que no son sino ideas que leer, o maquetas que disfrutar circulando por ciudades increíbles, o uniendo los mundos que nos quieren presentar filmes como, por ejemplo, La Guerra de las Galaxias o Star Trek, parece que van a tener en un breve espacio de tiempo una realidad palpable en alguna urbe del siglo XXI.

El fabricante aeronáutico europeo Airbus, ha diseñado, dentro de su programa Future of urban mobility, un vehículo denominado Vahana, que se presenta como una de las alternativas para solucionar los problemas que originan en las ciudades las aglomeraciones de vehículos en determinadas horas, los atascos. Se trata de un vehículo volador autónomo, que puede servir tanto para pasajeros, como para carga.

Este es el reto que debe solucionar Airbus: lograr que la conducción autónoma esté perfectamente establecida y así evitar posibles accidentes en el cielo. El sistema operaría como si se tratase de un helipuerto, situado en las zonas más sensibles de la urbe. El primer prototipo se espera que pueda presentarse a mediados de 2017.

6. Hamn, el minibus sin conductor

El Hamn es un minibús autónomo con capacidad para 12 personas y una autonomía de unos 200 kilómetros, creado por la empresa de Internet Yandex, rusa, en colaboración con el fabricante de camiones Kamaz, también ruso, el fabricante alemán Daimler y el centro ruso de investigación Nami.

Este proyecto espera tener los primeros vehículos de prueba a lo largo de 2017 en diferentes escenarios de circulación. En ellos se utiliza la tecnología de inteligencia artificial, que cuenta con visión artificial, reconocimiento de voz... Pero no es ese el único vehículo eléctrico de estas características, es decir, sin que sea manejado por un conductor físico en su interior, ya que hay una serie amplia de empresas que están experimentando con la misma idea, como por ejemplo, el buscador chino Baidu, o el caso del minibús Olli, impreso con una impresora de 3D, y que puede transportar también a doce personas, y que se mueve a una velocidad menor a los 12 kilómetros por hora. Pero esos dos ejemplos no son sino la punta del iceberg de lo que viene en marcha en este campo.

7. La NASA y su avión supersónico

Siempre queda en la historia de la aviación el recuerdo del Concord, de aquel avión que cruzaba el Atlántico en poco más de la mitad de lo que tardaban otro tipo de aparatos de largo rango, y que desapareció en el año 2003, y ahora otra vez se empieza a pensar en un modelo supersónico, y esta vez no es un fabricante cualquiera, sino nada menos que la NASA.

Se trata del QueSST (Low Boom Fligth Demostration Quiet Supersonic Transport), que se incluye en el programa de esta agencia espacial de Estados Unidos, Supersonic Jet. El nuevo avión ha sido encargado a la compañía estadounidense Lockheed Martin, a quien se le ha asignado el contrato por más de 20 millones de dólares.

El avión debe de ser superior en su velocidad al sonido, 340 kilómetros por segundo, ser silenciosa y eficiente, con una emisión menor de CO2 a la atmósfera. Todo parece indicar que un nuevo Concord está en marcha.

8. ¿Vuelve el dirigible?

Nadie puede olvidar de cuando a principios del siglo XX por el cielo de Europa y de Estados Unidos se movían los dirigibles, esos grandes globos con forma helicoidal llenos de gas que permitían, al tener menos densidad que el aire, su desplazamiento por el cielo. ¿Quién no ha oído hablar de lo romántico que eran sus vuelos, o de las labores bélicas de los Zepelines, o del Hindenburg y de su accidente.

Pues bien, en este momento se quiere lanzar al mercado mundial una mezcla de avión y dirigible, el Airlander, al que se considera el vehículo volador más grande del mundo, que tiene la capacidad de no necesitar repostar en cinco días de vuelo. Tiene una estructura de fibra de carbono, y su globo está relleno de gas helio inerte. Está diseñado para volar a unos 4.800 metros de altura y a 150 kilómetros por hora, gracias a ser impulsado por 4 motores V8 de 4 litros, diésel.

Posee la capacidad de aterrizar en cualquier superficie razonablemente plana y despega casi en vertical, por lo que resulta tan flexible como un helicóptero. Tiene 92 metros de largo, puede transportar unos 48 pasajeros y más de diez toneladas de carga.

9. Volar gracias al Sol

Más uso de la energía solar, que parece que está de moda, dado que es necesaria buscar una forma de propulsión alternativa a los derivados del petróleo. En este caso se trata de un avión, el Solar Impulse, que tiene en su haber el haber dado la vuelta al mundo propulsado por la luz del Astro Rey, y únicamente con él.

Han sido 21 días de vuelo durante los que ha recorrido 42.000 kilómetros, recorriendo Asia, el Océano Pacífico, Estados Unidos, el Océano Atlántico, el Mediterráneo y Oriente Medio. Solar Impulse es una aeronave pensada con el fin de minimizar el consumo energético, utilizando materiales ligeros para reducir su peso. Su envergadura es de 64,3 metros y una superficie de ala de 204 metros cuadrados.

Mide 21,85 metros de longitud y 6,4 metros de altura, con un peso de 1.600 kilos. Está dotado con cuatro pequeños motores eléctricos de 7,5 kw cada uno, que mueven una hélice, cada uno, de 400 revoluciones por minuto. Los motores se alimentan por medio de células del tipo fotovoltaico que almacenan el excedente de energía en unas baterías de alto rendimiento. Desarrolla una velocidad de unos 70 km por hora y su capacidad de almacenamiento energético permite que pueda volar de noche.

Hay mucho más

También se están estudiando posibilidades de mover tranvías en la ciudad mediante pilas eléctricas que pueden ir acopladas en placas al suelo por el que discurre el vehículo, o llevarlas el propio convoy, e incluso volver a los troles con catenaria, en el proyecto de grandes fabricantes dedicados a la tecnología de la movilidad, como Alstom, Siemens o Bombardier, por ejemplo.

De la misma manera, también se quieren implantar -de hecho ya hay vehículos en este caso-, metros y tranvías que funcionan automáticamente sin conductor en varias ciudades, aprovechando tecnologías de automatismo. Tampoco el mar escapa a las nuevas ideas.

Por ejemplo, Rolls Royce está estudiando la posibilidad de la construcción de barcos que puedan moverse por los diferentes océanos sin llevar a bordo un capitán, dirigidos desde tierra a través de un control remoto, semejante al que utilizan drones, es decir los aviones sin piloto. Se trata de aprovechar todo lo que la nueva, y la futura, tecnología permite para alcanzar una serie de modalidades de transporte que sean cada vez más eficaces y que contaminen menos el medio ambiente.

Quién sabe lo que puede deparar el futuro, los próximos años, pero nadie se debe extrañar de que en los próximos diez años se haga realidad lo que los escritores de ciencia ficción han anunciado a lo largo de sus obras. Y, por cierto... que a lo mejor entre esos adelantos llegamos un día a ver la acción del teletransporte, quién sabe.

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