
En pleno combate público de Ryanair con Aena por las tasas de los aeropuertos españoles, la Cámara de Valencia ha vuelto a hacer público un informe para mostrar la saturación del aeropuerto de Valencia en plena campaña estival y reclamar la ampliación urgente de la infraestructura.
Según los datos del informe, con el fuerte incremento del tráfico aéreo que acumula Valencia en los últimos años, la terminal del aeródromo ya está operando un 19,6% por encima de su capacidad este año.
La instalación de Manises cuenta con una capacidad operativa nominal de 3.450 pasajeros por hora, según las cifras de la propia Aena que recoge la Cámara. El documento, en base a las proyecciones de crecimiento, apunta que este año los pasajeros por hora del recinto se sitúan en torno a los 4.127, un 19,6% por encima de su capacidad.
Aunque esos ratios no significan que estas infraestructuras no puedan superarlos, lo cierto es que para la Cámara supone una muestra evidente de la saturación de la instalación valenciana de Aena. Según el informe, se alcanzan niveles de saturación del 130 por ciento en picos de demanda lo que ya está provocando "cuellos de botella, deteriora la experiencia del viajero y limita el potencial turístico, logístico y empresarial de la región".
El estudio considera que esa tendencia y la saturación de incrementará si no s invierte en la instalación valenciana. "En el año 2027 operará un 39,2% por encima de su capacidad, y en el año 2030 operará un 65,4% por encima de su capacidad", recoge el texto.
Freno regional
El propio presidente de Cámara Valencia, José Vicente Morata apunta que "el aeropuerto de València está actuando como un freno al crecimiento. Su insuficiente capacidad es ya un factor limitante para el desarrollo del turismo, la logística y la atracción de inversiones".
La Cámara ya estimó que se podrían perder ingresos de 1.080 millones de euros anuales de media por la falta de capacidad del aeropuerto. Con la previsión más optimista se situaría en 1.700 millones lo que se dejaría de ingresar de media anual, fundamentalmente por el gasto turístico.
La degradación de los estándares de calidad en los servicios al viajero es, según el informe, uno de los aspectos más críticos. Para los empresarios esto afecta directamente al turismo, que representa el 15 % del PIB valenciano y da empleo a más de 300.000 personas. La menor capacidad para atraer turistas de alto poder adquisitivo y el deterioro en la percepción del destino comprometen la posición de València en los mercados internacionales más competitivos.