
Lufthansa se suma a la retirada de Air France-KLM y deja a Turkish Airlines como el principal candidato a entrar en el capital de Air Europa. El grupo alemán ha confirmado este lunes que abandona cualquier posibilidad de inversión en la aerolínea española, propiedad en un 80% de la familia Hidalgo a través de Globalia, y estando el 20% restante en manos de IAG.
"Tras exhaustivos análisis e intensas negociaciones, hemos decidido no seguir participando en una aportación de capital y una participación en Air Europa", ha explicado Lufthansa en una escueta declaración remitida por su equipo de comunicación.
La decisión se produce apenas cuatro días después de que el consejero delegado del grupo, Carsten Spohr, enfriara públicamente las expectativas de una operación. "Es muy difícil que esto tenga éxito", reconoció en declaraciones a la prensa, dejando entrever las dificultades del proceso tras meses de contactos con los propietarios de Air Europa.
La retirada alemana llega apenas cinco días más tarde de que Air France-KLM anunciara oficialmente el fin de sus conversaciones con Globalia. "Hemos detenido la discusión", declaró Benjamin Smith, consejero delegado del grupo franco-neerlandés, al explicar que no se había alcanzado un acuerdo con los accionistas de referencia. La retirada fue confirmada también por la compañía en un comunicado posterior.
Con las dos grandes aerolíneas europeas fuera de la ecuación, Turkish Airlines se consolida como la opción preferente para la familia Hidalgo. La compañía turca —participada mayoritariamente por el Estado y con una fuerte capacidad financiera— irrumpió en el proceso hace algo más de un mes y ha ofrecido una entrada minoritaria del 25% del capital de Air Europa, acompañada de un plan de crecimiento que incluye hasta 12 nuevos aviones Airbus A330neo, compartidos entre ambas aerolíneas.
Esta propuesta supondría una ruptura con la tradicional apuesta de Air Europa por flotas exclusivamente Boeing, pero permitiría afrontar uno de los principales cuellos de botella que arrastra la compañía: la falta de capacidad para expandir sus operaciones de largo radio.
La entrada de Turkish, sin embargo, requeriría también el visto bueno de las autoridades españolas y europeas, además de resolver los complejos equilibrios societarios en torno al 20% restante de Air Europa, todavía en manos de IAG hasta que se complete la desinversión exigida por Bruselas.