
El presidente y dueño de la siderúrgica española Sidenor, José Antonio Jainaga, se postula como el inversor industrial que reclamó el Gobierno vasco para acometer su entrada en el accionariado de Talgo. Según ha podido conocer elEconomista.es, Jainaga estaría dispuesto a llevar a cabo una inyección de fondos en el fabricante de trenes que permita relevar al fondo británico Trilantic, que lleva años intentando salir de su capital.
La operación se llevaría a cabo a través de su vehículo inversor Mirai Investments, creado en 2019 para adquirir negocios industriales con una trayectoria consolidada pero que tienen capacidad de mejora operativa, están en transformación o tienen en marcha sucesiones en su accionariado, condición en la que se encuentra la empresa ferroviaria.
El family office también presume de acometer inversiones en empresas con altos estándares en materia de ESG y recela de tomar posiciones minoritarias. La participación de los principales interesados en vender equivale al 32,5% del capital de Talgo: Trilantic cuenta con un 30% y la familia Abelló posee en torno a un 2,5% dentro del vehículo inversor Pegaso Transportation, titular del 40,03% de Talgo y que comparten con la familia Oriol, sucesores del cofundador de la empresa. Por tanto, quienes quieran tomar el relevo deberían desembolsar un mínimo de 133 millones de euros, teniendo en cuenta el valor de mercado de ayer.
Tras la publicación de este artículo, el entorno de Jainaga ha reconocido a este medio que "es demasiado pronto para hablar de nada más", pero "siempre tiene en su radar analizar operaciones con objetivo de permanencia y especialmente en el sector industrial". "Seguiremos trabajando con la discreción que siempre nos caracteriza", apuntan.
Accionistas españoles
El movimiento garantizaría que Talgo quede en manos de capital vasco y español; que su sede permanezca en España; y que sus plantas de Rivabellosa (Álava) y Las Matas (Madrid) conserven la carga de trabajo, cuestiones que forman parte de las líneas rojas impuestas por los accionistas de la compañía para acometer su venta, y que han sido refrendadas por el ministro de Transportes, Óscar Puente.
Rechazada la opa húngara de Ganz-MaVag y una vez que la propuesta de fusión de Skoda parece estar en vía muerta por el rechazo de los accionistas mayoritarios dada la ausencia de oferta económica, tanto el Ejecutivo de Imanol Pradales como el Gobierno de España se han puesto manos a la obra para que la empresa continúe su actividad de la mano de empresarios del territorio vasco.
Para seducirlos, el Gobierno vasco abrió la semana pasada la puerta a adquirir hasta un 10% del fabricante de trenes a través de Finkatuz, el fondo vasco para garantizar el arraigo de las empresas al territorio, lo que supondría inyectar unos 41 millones de euros en el capital de Talgo.
La opción de sumar a Sidenor ya sonó en la primera búsqueda de actores industriales vascos que llevó a cabo el Ministerio de Transportes en primavera, cuando trató de auspiciar una alternativa española a la oferta pública de adquisición lanzada por el consorcio húngaro Ganz-MaVag, controlado por el Gobierno de Hungría. Su opa fue finalmente vetada por Moncloa a finales de agosto alegando "riesgos para la seguridad nacional".
Mirai, en plena expansión
El holding empresarial Mirai Investments, en el que también participan otros directivos de Sidenor, está protagonizando buena parte de los movimientos empresariales en la mediana industria española. La semana pasada comunicó la adquisición de Alcoelectro, compañía madrileña dedicada a la fabricación de equipamiento electrónico.
En abril también se hizo con las catalanas Laboratorios Coper y Jumsa, dedicadas a la fabricación de productos de cosmética y perfumería para terceros; y desde 2020 ha ido reforzando su presencia en el sector electrónico con las compras de TER, Coycavi, Tectrone e IDK.
Sus planes contemplan invertir hasta 200 millones entre 2023 y 2026 en compañías que facturen entre 5 y 50 millones y obtengan un margen Ebitda superior al 10%. Ambas condiciones las supera Talgo, con 652 millones de ingresos y un margen de rentabilidad que supera el 11%.