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El paisaje más inspirador de la Costa Brava, según el National Geographic: un paraíso que brilla con el legado de Dalí

Cadaqués /Foto: iStock

De las impresionantes vistas que ofrece la Costa Brava se podría escribir mucho. Tanto sus impresionantes zonas de baño hasta encantadores pueblos con canales que parecen traídos de la misma Venecia. Sin embargo, entre los kilómetros del litoral catalán destaca un pueblo que, si bien su legado cultural va de la mano de figuras como Dalí o Lorca, sus particularidades geográficas le han permitido huir de la masificación y conservar su esencia bohemia. No es de extrañar que haya conseguido atraer la atención hasta de la revista National Geographic por su paisaje y su historia.

Para acceder a esta urbe es necesario recorrer una serpenteada carretera por más de 15 kilómetros, hasta que, arrinconado entre las montañas, se puede apreciar Cadaqués, un encantador pueblo de pescadores y casas blancas que conserva esa esencia única.

Esta joya de la Costa Brava fue un lugar estrechamente vinculada con la figura del artista Salvador Dalí. Fue en este pueblo de casas blancas y calles empedradas donde fijó su refugio. Su atmósfera bohemia y su belleza natural atrajeron a otros grandes artistas como Picasso y Joan Miró, pero fue Dalí quien dejó la marca más indeleble.

Su paso por el pueblo, sobre todo en su residencia convertida ahora en casa museo, no ha sido olvidada tras su partida. Dalí se marchó del lugar después de la muerte de su esposa Gala, ya que el lugar le traía demasiados recuerdos. Ahora, la Casa Museo de Salvador Dalí es en realidad un conjunto de barracas de pescadores que el artista fue comprando y uniendo con el tiempo, dando lugar a una estructura laberíntica que refleja su estilo surrealista. Cada sala, rincón y objeto dentro de la casa está cargado de significado y excentricidad, desde los huevos gigantes en el tejado hasta el oso disecado en el salón.

La casa museo de dali con un huevo gigante
Casa Museo Dalí /Foto: iStock

Cadaqués no solo fue un lugar de residencia para Dalí, sino también un escenario recurrente en su obra. El paisaje del Cabo de Creus, con sus formaciones rocosas y su costa accidentada, inspiró muchas de sus pinturas. En particular, la iglesia de Santa María de Cadaqués y el contraste entre la luz y las sombras en sus calles aparecen en varias de sus piezas.

Este pequeño pueblo de calas impresionantes ha conseguido impregnarse de un aire bohemio que se refleja en su decoración de fachadas y establecimientos. No son pocos los lugares que merecen una visita.

  • El casco antiguo. Un laberinto de calles estrechas y empedradas, llenas de casas blancas con ventanas de color azul y flores en los balcones. Pasear por aquí es como retroceder en el tiempo, con su ambiente tranquilo y su arquitectura tradicional. En lo más alto del pueblo destaca la figura de la Iglesia de Santa María con unas vistas espectaculares al mar y al puerto.
  • Parque Natural de Cap de Creus. Este parque natural es un paisaje de increíble belleza, con acantilados escarpados, calas escondidas y formaciones rocosas únicas. El Faro de Cap de Creus, situado en el extremo más oriental de la península, ofrece vistas espectaculares del entorno. Esta zona, debido a su aspecto lunar, ha sido la inspiración de Dalí para muchas de sus obras. Se encuentra a 11 kilómetros desde el casco antiguo de Cadaqués, pero cuenta con un trenecito que hace este recorrido.
  • Las calas y playas. Cadaqués es una de las mejores opciones para disfrutar del mar Mediterráneo. Algunas de las zonas de baño más conocidas son Playa Grande, la principal del pueblo, y Cala Sa Sabolla, una cala más tranquila y menos concurrida. Cala Jugadora y Cala Culip en el Parque Natural de Cap de Creus son ideales para quienes buscan un entorno más natural y aislado.

¿Cómo llegar a Cadaqués?

El viaje desde Barcelona a Cadaqués dura aproximadamente 2 horas y 30 minutos. Toma la autopista AP-7 en dirección a Girona/Francia y luego la salida 4 hacia Figueres. Desde Figueres, sigue las indicaciones hacia Roses y finalmente hacia Cadaqués. El tramo final de la carretera, a partir de Roses, es una carretera de montaña con curvas cerradas, pero ofrece vistas espectaculares del paisaje costero.

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