
Renfe prosigue su intento por conquistar las vías francesas. Al mismo tiempo que trata de llegar a París, la operadora pública participará en la fase final del concurso convocado por el Ministerio de Transportes de Francia para gestionar a partir de 2027 dos rutas estatales de larga distancia subvencionadas por el Ejecutivo galo por su condición de Obligación de Servicio Público (OSP).
Se trata de las rutas Nantes-Lyon y Nantes-Burdeos, dos trayectos gestionados por el Estado por comunicar varias regiones, en los que la compañía española se ha fijado para aumentar su conocimiento del mercado francés y lograr el objetivo de que el 10% de su facturación venga del exterior en el año 2030.
Pero para ello, tendrá que superar dos competidores locales. El mayor rival es el incumbente SNCF Voyageurs, que de momento se ha llevado la mayoría de licitaciones en juego pese a las quejas de las regiones sobre su dejadez en los servicios prestados. Y por otro lado, la empresa ferroviaria Le Train, todavía en fase de desarrollo y que aspira a mejorar las conexiones del suroeste francés. Para ello, firmó un preacuerdo con el fabricante español Talgo para adquirir 10 trenes del modelo Avril, cuya construcción todavía no se ha iniciado.
Primera ruta nacional a concurso
En 2011, el Estado francés asumió los llamados "Trenes de Equilibrio del Territorio" (TET), que a día de hoy se prestan bajo el nombre de "Intercités" por SNCF Voyageurs, el operador incumbente y antiguo monopolio ferroviario en las vías galas. Son trenes de media o larga distancia que no se prestan sobre infraestructura de alta velocidad, lo que les hace poco competitivos en términos de tiempo de viaje. En total, Francia cuenta con unos 90 servicios al día bajo esta consideración.
Ambas rutas salieron a concurrencia pública en 2019, pero quedaron desiertas por la pandemia. El Ministerio de Transportes de Francia relanzó el concurso en septiembre de 2022, y espera concluirlo a principios del año que viene. Será la primera línea nacional que sale a licitación competitiva, ya que el Estado francés adjudicó en 2022 este servicio a SNCF Voyageurs hasta 2031 a cambio de unos 542 millones de euros.
Para Renfe será un nuevo intento de crecer en el mercado francés, después de que no lograra hacerse con la licitación lanzada por la región de Alta Francia. En caso de conseguirlo, seguiría los pasos de la privada Transdev Veolia, que se adjudicó el concurso para operar la ruta Marsella-Cannes-Niza a partir de 2025 y reabrirá la ruta Nancy-Contrexéville en 2027.
En busca de la oferta perfecta
La compañía dirigida por Raül Blanco ha logrado superar las fases de oferta inicial y oferta intermedia, y afronta ahora la última fase del proyecto para que el gobierno francés valore si su propuesta es la más competitiva. El pliego de condiciones para acceder a la misma se dará a conocer a los candidatos en julio y la oferta deberá ser entregada en noviembre. Para ello, Renfe ha empezado a prepararlo mediante la contratación de un socio que le asista en aquellas condiciones técnicas necesarias para presentar la mejor oferta posible.
Así, su filial Renfe Proyectos Internacionales ha sacado a licitación un contrato valorado en 192.000 euros para definir todos aquellos relativos a la producción, operación ferroviaria, mantenimiento del material rodante, políticas comercial y tarifaria y servicios a ofrecer a los viajeros. Renfe ha declinado hacer comentarios al respecto debido a su política de no comentar proyectos en fase de licitación, aunque la operadora pública ha expuesto su interés por "transferir al mercado francés la experiencia de Renfe en materia de transporte interregional".
En caso de que la compañía española logre hacerse con el concurso, le serán traspasada una flota de trenes del modelo Coradia Liner V200, fabricado por Alstom y propiedad del Estado, un modelo que Renfe no posee en la actualidad. El contrato sacado a licitación contempla dos fases: una primera para preparar la oferta y una segunda, a acometer mayormente el año que viene, para defenderla ante las autoridades francesas. Aunque se contempla el 30 de abril de 2025 como fecha límite, la designación podría extenderse, por lo que cuenta con opción de prórroga por otros seis meses.
Mercado cercano y lleno de ofertas
La relación Nantes-Burdeos da servicio a buena parte de la fachada atlántica sur, uniendo varias ciudades de las regiones de Países del Loira y Nueva Aquitania como La Roche-sur-Yon, Luçon, La Rochelle, Rochefort, Saintes y Jonzac en unas cuatro horas y media.
De su lado, la Nantes-Lyon es una relación más larga, de casi siete horas de duración y con tres frecuencias por sentido al día. Los trenes hacen parada en las estaciones de Angers Saint-Laud, Saumur, Saint-Pierre-Des-Corps, Vierzon, Bourges, Moulins-Sur-Allier, Saint-Germain-Des-Fosses, Roanne y llegan a la estación lionesa de Part Dieu.
Aunque en España este tipo de rutas de media y larga distancia comenzarán a liberalizarse a partir del año 2027, el principal rival de Renfe por esta licitación, SNCF, ya puso en marcha su filial Ouigo España en 2019 para competir en suelo español, inicialmente en el segmento de la alta velocidad, y sin haber mostrado de momento interés por las rutas subvencionadas por el Estado.
Por el momento, esta operación no se ha correspondido con beneficios, pero sí con la ganancia de cierta cuota de mercado que ronda el 20% en los tres grandes corredores donde opera (Madrid-Barcelona, Madrid-Valencia y Madrid-Alicante), fruto de su apuesta por el segmento del bajo coste.