
Los máximos dirigentes de las dos grandes cadenas hoteleras en España, Meliá y Minor (antigua NH) han estallado contra la turismofobia que, a su juicio, está provocando el descontrol regulatorio de los pisos turísticos en España. Gabriel Escarrer, presidente y CEO de Meliá Hotels; y Ramón Aragonés, vicepresidente y CEO de Minor Hotels Europe & Americas han reclamado poner límites "al desmadre de los alquileres turísticos", según expresó el primero.
Aragonés ha catalogado de "escándalo" la situación actual de las viviendas de uso turístico (VUT) en España, y ha alertado de que este descontrol "va a acabar afectando a la principal industria de este país". Esto "no solo está pasando en España", poniendo como ejemplo a Ámsterdam (Países Bajos), que "está sobrerreaccionando contra el turismo y se lo está cargando todo, y eso es lo que va a acabar pasando por no reaccionar a tiempo", según ha declarado en una conferencia celebrada en el marco del foro Hosteltur.
El máximo directivo de NH Hotels ha alertado de que "el éxito del turismo es relativo" por el "alto precio reputacional que estamos pagando debido a la lacra de los pisos turísticos". Así, considera que "el daño que se ha hecho es de tal magnitud que va a ser difícil restablecer la imagen del turismo en España, que antes se asociaba con creación de puestos de trabajo y riqueza" y hoy se asocia, a su entender, "con gentrificación, masificación, con que por culpa del turismo las ciudades no son sostenibles, e incluso somos culpables de que no haya oferta de pisos de alquiler para uso convencional".
El vicepresidente de Minor ha acusado directamente a los políticos de ser los culpables de esta situación, al haber "tardado muchísimo en reaccionar". Aunque reconoce que "hay un cambio de paradigma y empiezan a tomar conciencia de un daño que han creado ellos por no regular este sector", defiende que todas estas medidas son "parches", por lo que considera que es "tarde, porque el daño ya está hecho".
Escarrer reclama un nuevo modelo turístico
De su lado, Escarrer ha hablado de "desmadre de los alquileres turísticos" porque "nos va a pasar factura y eso no es sostenible", mencionando cuestiones como la masificación en los principales destinos o la convivencia con los ciudadanos de estas: "Aporta muy poco y nos va a pasar factura", ha señalado. En concreto, ha reclamado regular y legalizar los alquileres turísticos. "No estoy en contra de ellos, pero tenemos que replantearlos y ver la aportación que hacen", tras señalar que más del 90% de los que existen en Madrid son ilegales.
Para evitarlo, ha reclamado que España defina "qué modelo turístico queremos", abogando por que se pondere "más la calidad que la cantidad" y que se deje de hablar "del número de llegadas". "No es un tema de Canarias o Baleares, tenemos que definir qué modelo turístico queremos en España, una apuesta por la calidad no solo en cinco estrellas", expresó. En la misma línea, Aragonés apoyó que "no estamos solucionando el problema de fondo, el modelo que queremos", y reclamó "planificar el éxito" en vez de imponer "ecotasas o límites al tráfico aéreo".
Para ello, lamentó la "oportunidad perdida" respecto a la ausencia de fondos Next Generation propios para el sector, que podían haberse destinado a destinos turísticos maduros desde los años sesenta y setenta, "que funcionan bien" pero podría haberse asegurado su competitividad "para los próximos veinte o treinta años". "Se han hecho cosas positivas, pero no proyectos transformadores ni estratégicos", recordó.
Además, Aragonés ha reclamado al viceconsejero de turismo de la Comunidad de Madrid, Luís Martín Izquierdo, presente en el encuentro, que la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso asuma el discurso del empresariado. "Necesitamos recuperar la reputación. En estos momentos, el turismo está siendo atacado, y hay que defenderlo. Defender al turismo es defender a España", exclamó.