Ayer, 21 de mayo, se inauguraron los nuevos servicios ferroviarios de Renfe entre Madrid y Galicia, estrenados con los flamantes y esperados trenes Avril de Talgo, que una vez en manos de la operadora pública han sido renombrados como "serie 106", siguiendo la numeración habitual de su flota. Los primeros servicios, fueron estrenados con notables incidencias, hasta el punto de que uno de los trenes entre Vigo y Madrid llegó más de dos horas tarde a su destino.
Más allá de las incidencias, los usuarios habituales de los trenes que unen el noroeste peninsular con la capital española también cayeron en un pequeño detalle, no por ello menos relevante: los nuevos servicios, que el Ministerio vende como de alta velocidad, van a tardar lo mismo o más que los servicios Alvia que ya comercializaba Renfe con sus trenes de la serie 130, también diseñados por Talgo.
Los trenes que hacían el recorrido entre Madrid y Galicia hasta ahora lo hacían limitados a un máximo de 220 kilómetros por hora en su recorrido entre A Coruña y Ourense (ruta conocida como Eje Atlántico), mientras que los que ahora entran en servicio serán capaces de alcanzar los 300 kilómetros por hora, con determinados límites en tramos como la tristemente famosa curva de A Grandeira. Esto, a priori, debería conllevar una reducción del tiempo de viaje, pero no consta en los horarios.
Un minuto más
Esta situación se observa si se comparan los últimos servicios Alvia del lunes 20 de mayo con sus sucesores, ahora operados como AVE. El tren que partió a las 17:08 horas desde Ourense contaba con un horario teórico de llegada a la estación de A Coruña a las 18:18 horas, realizando su trayecto en una hora y diez minutos a una velocidad máxima de 220 kilómetros por hora.
El nuevo AVE que se prestó el día siguiente con los Avril para ese mismo trayecto partió a las 17:03 de la ciudad termal y tenía previsto llegar a las 18:14 a Coruña. Una hora y once minutos, uno más que el mismo tren del día previo pese a contar con una mayor velocidad máxima, hasta 80 kilómetros por hora superior en buena parte de su recorrido.
Ese minuto extra en el tiempo de viaje es algo que afectará a todos los trenes que vayan a Galicia, y su explicación reside en la necesidad de alargar los tiempos de subida y bajada de pasajeros en las estaciones. Los nuevos trenes AVE de la serie 106 tienen hasta 507 plazas, o 581 cuando lleguen los Avlo de bajo coste; mientras que los Alvia de la serie 130 cuentan con 299 plazas.
Es decir, en las estaciones gallegas van a subir o bajar hasta un 60% más de viajeros si los trenes van llenos, por lo que Renfe necesitará más tiempo para garantizar que todos ellos ocupen y desocupen sus asientos. Esta exigencia provoca que las posibles ganancias durante el recorrido tengan que compensarse con una mayor espera en las estaciones.