
Magic World, el reconvertido complejo turístico de la antigua Marina d'Or en Oropesa de Mar (Castellón), ya cuenta los días para la que será la primera temporada de sus nuevos dueños, Grupo Fuertes (ElPozo) y la hotelera Magic Costa Blanca.
Y lo hará tras haber sumado a dos grandes touroperadores británicos a la red comercial con la que los dos socios quieren aprovechar su experiencia previa en Benidorm, uno de los grandes referentes del turismo inglés en España y donde están asentados a través de otro resort, Magic Natura, junto al parque de la naturaleza Terra Natura del grupo murciano.
La nueva empresa que adquirió los hoteles y parques de ocio de Marina d'Or en septiembre pasado ha llegado a acuerdos con las grandes agencias easyJet Holidays, vinculada a la aerolínea de low cost que ofrece paquetes turísticos con vuelo incluido, y On The Beach Holidays, una agencia online que gestiona cerca de 1,5 millones de viajes vacacionales al año.
El mercado del Reino Unido es una de las principales apuestas de Magic World, que a finales de este mes abre parte de sus hoteles tras realizar una inversión de 40 millones en renovar y tematizar sus instalaciones. El resto de alojamientos del resort irán incorporándose paulatinamente para estar operativos al 100% durante julio y agosto.
A la caza del turista internacional
Además del mercado británico, touroperadores de países como Islandia, Italia, Polonia, Letonia, Portugal o Suecia ya han mostrado su interés en colaborar y comercializar el resort entre el público internacional, señalan desde la empresa, que tiene el reto de hacer rentable este verano el mayor complejo hotelero de toda la Comunidad Valenciana.
Magic World suma 5 hoteles con más de 1.200 habitaciones en la propia ciudad de vacaciones. Además el grupo turístico posee 2 hoteles urbanos con más de 100 habitaciones ubicados en Villarreal (Castellón). Además la firma gestiona 150 apartamentos turístico y 5 parques temáticos y espacios para eventos.
Desde su creación en la década de 1990 Marina d'Or basó su modelo fundamentalmente en la venta de apartamentos de segunda residencia, pero con el fin de la burbuja separó sus negocios inmobiliarios y turísticos. El complejo castellonense tradicionalmente se ha basado en el turismo nacional, aunque en su día su fundador, Jesús Ger, incluso intentó asumir la gestión del aeropuerto de Castellón, de titularidad de la Generalitat Valenciana, como fórmula para despegar la presencia de turistas extranjeros.